En la reciente emisión del programa Netas Divinas se habló sobre la salud mental y los pensamientos intrusivos, por lo que una de sus presentadoras, Galilea Montijo, no dudó en recordar los duros momentos de depresión que vivió hace ya 10 años después de dar a luz a su único hijo Mateo.
La también actriz confesó que actualmente tiene pensamientos intrusivos, específicamente por las madrugadas, lo cual le ha provocado cierta angustia debido a las imágenes desagradables que atacan su mente mientras duerme. “En las noches los méndigos monstruos son espantosos”, expresó Galilea.
Seguidamente, la presentadora de televisión abordó el tema de su depresión postparto que sufrió muchos años atrás con el nacimiento de su bebé. “Al tercer día que yo llegué con Mateo a la casa, fue como de: 'ok, ¿y ahora qué se hace?' Es ahí donde te preguntas por qué todo mundo duerme y yo no puedo dormir. Y yo sentía que los edificios se me venían encima y empecé a ver la vida blanco y negro”, aseguró.
Galilea manifestó que parte de la depresión que tenía en ese momento era debido a que no podía amamantar a su bebé, algo que anhelaba hacer para fortalecer su conexión de madre e hijo y al no conseguirlo, se entristeció mucho.
“Yo no pude amamantar, con todo esto (señaló su pecho), pues nada más están de adorno, con todo y el silicón, sí están de adorno. No bajó la leche, me dijeron: 'no va a poder, hay que darle mamila'. A mí me costó mucho esta parte porque si algo ansiaba era tener este vínculo”, recordó Montijo.
Por su parte, Daniela Magún le preguntó a su compañera de trabajo si le habían recetado medicamentos para su problema de la depresión, puesto que considera que el uso de fármacos para tratar cuestiones de la salud mental continúa siendo un tabú.
Fue entonces cuando Galilea detalló que en Estados Unidos, ya que ella dio a luz en el país norteamericano, el tratamiento es muy distinto al que se da en México y lo pudo experimentar a su regreso al país. “Llego a México y le hablé a mi ginecólogo y me dijo: 'Pero, ¿cómo no te dieron?'. Claro, son dos países completamente diferentes”, expresó, a lo que Paola Rojas añadió: “Es que en Estados Unidos es más fácil conseguir un arma que un antibiótico o antidepresivo”.