Raúl de Molina (63) compartió con los televidente de “El Gordo y La Flaca” que entró a su sexta semana de dieta y que en estas semanas perdió poco más de 8 kilos, nada comparado con lo que en 2018 logró bajar en un periodo similar. En aquel momento "Rauli" pesaba 143 kilos y se quitó de encima 18 kilos, tras tomar un control sobre su salud y cambiar sus hábitos alimenticios.
Si bien es cierto que uno de los conductores más carismáticos de la pantalla chica alcanzó un peso ideal hace cuatro años, también lo es que sigue en la línea de la obesidad, condición que lo ha llevado en reiteradas ocasiones a someterse a una dieta, aunque ahora el peso sea poco está optimista de lograr su objetivo: “Empieza mi sexta semana (de dieta). He perdido alrededor de 18 libras (más de 8 kilos)”.
La felicidad del presentador llega porque meses atrás ganó algunos kilos tras su paso por Inglaterra, país al que viajó para cubrir el funeral de la Reina Isabel II y después se fue de vacaciones a Sudáfrica. “Esta chaqueta no me servía, ahora me cierra”, señaló orgulloso.
Pero no solo ha perdido peso, sino tallas, y lo demostró recorriendo los orificios de su cinturón hasta cuatro posiciones, que hasta hace unas semanas era imposible hacer, incluso, contó que le apretaba estando en el último agujero: “Cuando yo llegué de la (cobertura) de la reina de Inglaterra, el cinto en el último (agujero) me quedaba apretado”.
En un tono sarcástico "El Gordo de Molina” dijo que si sigue así, muy pronto se parecerá al ex marido de Angelina Jolie: “Sigo gordo y me cuelga todo porque estoy muy gordo. Ya ahorita me pongo como no sé, como Brad Pitt”. El sobrepeso de Raúl de Molina no es nuevo, desde que era un niño enfrenta esta enfermedad que lo ha llevado a tocar fondo e internarse en un centro de rehabilitación para lograr su peso ideal y no enfermar de diabetes, un tema de salud que en una ocasión reveló en su programa de entretenimiento, le “aterra”.
Sobre las posibilidades de someterse a una operación de banda gástrica ha sido muy claro: “Yo nunca me voy a operar porque me gusta comer. Eso es para la gente que come para vivir. Yo disfruto demasiado. Lo importante es la moderación, pero es una lucha de por vida”.