"Chrisley Knows Best", un reality que se transmite por USA Network desde 2014 y cuya última temporada finalizó en agosto de este año, describía el estilo de vida de los dos agentes inmobiliarios, Todd (53) y Julie Chrisley (49). El programa alcanzó a tener grandes audiencias en Estados Unidos y el matrimonio se hizo conocido en todo el país.
La serie de telerrealidad encontró buenas críticas porque su protagonista, Todd Chrisley, sostenía el eje dramático de la serie con mucho sentido del espectáculo, al que después su esposa Julie también le aportó gracia. El éxito originó una serie de spin-off en el que participaron los tres hijos de la pareja (Chase, 25; Savannah, 24 y Grayson, 16). Sin embargo, los intentos no tuvieron el mismo resultado.
Pero el castillo comenzó lentamente a derrumbarse cuando se empezaron a conocer los resultados de la investigación a Todd por frauce bancario y evasión de impuestos, y su esposa por fraude electrónico y obstrucción a la justicia. Ambos se declararon inocentes y responsabilizaron a su contador, Peter Tarantino, de realizar operaciones sin consentimiento.
En junio de 2022, Todd y Julie, que tienen 26 años de casados, fueron declarados culpables por la fiscalía federal de fraude bancario y evasión fiscal, además de falsear documentos a los bancos para conseguir préstamos por 30 millones de dólares y financiar su lujoso estilo de vida, antes de transformarse en estrellas de la televisión. Y este lunes se conoció la sentencia: 12 años de cárcel para él, y 7 años de prisión para ella.
La fiscalía acusó a los Chrisley de ser "los únicos (culpables) dado el alcance variado y amplio de su conducta fraudulenta y la medida en que se involucraron en fraude y comportamiento obstructivo durante un período prolongado de tiempo".
Tanto Todd como Julie recibieron un veredicto unánime. "Todd y Julie Chrisley son estafadores profesionales que se han ganado la vida saltando de un esquema de fraude a otro, mintiendo a los bancos, estafando a los vendedores y evadiendo impuestos en cada esquina", reseñó la Fiscalía.
Los propios fiscales señalaron que mientras la pareja estaba en la quiebra, inciaron un reality televisivo en el que "alardearon de su riqueza y estilo de vida al público estadounidense", y que una vez que comenzaron a ganar millones, "escondieron el dinero" para evitar pagar impuestos.