Aunque el tema parece no desvelarla, el regreso a la televisión para Carolina Sandoval se ve cada más lejano. "Hoy es un lindo recuerdo", afirma la presentadora que hace más de un año abandonó el espacio "Suelta la Sopa", donde era una de las comentaristas más reconocidas.
La Venenosa no sabe si algún día volverá a la pantalla chica. "En cuanto a lo que exhibe la TV, sé que soy buena para ello, pero ya comprobé que a mi nadie me puede callar", reconociendo que ése puede ser el gran problema para su retorno a los programas.
Dedicada a ampliar su audiencia en las redes sociales, hace más de un mes que lanzó el podcast "Cuéntamelo todo", que se suma a una serie de iniciativas comunicacionales y publicitarias que, como le confesó en una entrevista a "Primer Impacto", en un buen mes "puede llegar a generar 50 mil dólares".
"La Venenosa" asume que su reinvención ha sido un desafío personal: "Vendo fajas, brassier, pestañas, pelucas, crema desmaquillante, tuve que salir del clóset con mis complejos", revela la periodista, quien admite que su personalidad le ha ayudado mucho a enfrentar su nueva función como influencer de productos.
"Hay que gente que se ríe de mí; me han dicho vulgar, grosera, mala madre, pero para mi todo eso significa que a los árboles frondosos le tiran piedras para recoger sus frutos. Me encanta que me digan vaca, porque en India son sagradas; me agrada que me digan cerda, porque George Clooney tiene una de mascota", ironiza La Venenosa.
Sus hijas, intocables
Aprendió a convivir con las críticas y los comentarios que menoscaban su capacidad. "Que crean que no soy inteligente no me molesta. Mientras más boba te parezca, más te estoy ganando", sentencia Carolina Sandoval.
En lo único que no transa es que los cuestionamientos personales traspasen y lleguen a sus hijas (Bárbara Camila y Amalia Victoria). "Me molesta las metan a ellas. Por eso siempre les digo que para ser una mujer empoderada y con dinero, hay que tener personalidad. Por eso quiero que mis hijas tengan piel de cocodrilo".