Tras varias semanas con una gran incógnita alrededor de su relación, este sábado se confirmó que Gabriel Soto (47) e Irina Baeva (30) viajaron juntos a la Riviera Maya para intentar reparar su romance y seguir adelante con sus planes de boda. A pesar de que la pareja mantiene su noviazgo en total hermetismo, un improbable testigo reveló una prueba clave del reencuentro.
Hasta hace solo algunos días, existía total certeza por parte de algunas fuentes allegadas al actor que la relación con la actriz rusa había llegado a su fin. Sin embargo, este fin de semana todo cambió y el protagonista de Mi camino es amarte viajó a unas reparadoras vacaciones a la zona ubicada en la costa del Mar Caribe junto a su pareja, dejando atrás los rumores de un nuevo romance con la colombiana Sara Corrales.
De acuerdo a varios reportes de prensa, el anuncio del quiebre era inminente y solo esperaban finalizar algunos acuerdos comerciales para separar sus caminos. Pero todo dio un giro inesperado, explicó el reportero Gabriel Cueva del programa Formula Espectacular, por la insistencia de Baeva para no terminar la relación.
“Le ha pedido a Gabriel ir a terapia. Él le dice que ya no quiere nada con ella, pero lo persigue, le ruega, le va a tocar la puerta de su nuevo departamento”, reveló el periodista, que aseguró que el actor le dijo a la también modelo que ya no la amaba y que necesitaba cortar la relación.
Contrario a todas las especulaciones, Soto y Baeva se reunieron para pasar algunos días juntos de vacaciones. Aunque a través de sus redes sociales no mostraron sus rostro, el chef que los atendió en un lujoso yate con el que pasearon días antes por Cancún, publicó una postal que se convirtió en la prueba definitiva de que los artistas continúan con su romance.
“Fue un gusto brindarle servicio overnight a Irina Baeva y Gabriel Soto”, escribió el indiscreto chef Abimael Angulo en su cuenta de Facebook junto a la imagen que dejaba ver a la rusa y el mexicano al centro de la fotografía en la que posaron con la hija del actor y el personal que los atendió. Anteponiéndose a revelación, Baeva compartió horas antes una imagen mostrando su mano y la de su pareja, mientras ambos brindaban mirando el atardecer con el anillo de bodas y la ilusión intacta.