El pasado 29 de abril se cumplieron 17 años del fallecimiento de la actriz Mariana Levy, quien tuvo tres hijos y para el momento de su deceso María tenía 9 años; Paula 3 y José Emilio 9 meses de edad. Desde ese momento, ninguno de los herederos de la intérprete había querido hablar sobre cómo lograron enfrentar la muerte de su madre.
Hasta ahora, la mayor de los hermanos abrió su corazón para revelar sus pensamientos de lo ocurrido, ya que la vida de los tres cambió totalmente. No obstante, María Levy no sólo sufrió la muerte de su mamá sino también la separación de sus hermanos menores, quienes se fueron a vivir con su papá, José María Fernández “El Pirru”, mientras que ella se quedó con su abuela, Talina Fernández, quien la cuidó como a una hija.
“Considero que tuve una infancia un poco dura, eso es completamente relativo, pero bueno, es lo que yo considero y lo que me pasó es que yo sentía tanto dolor que decidí dejar de sentir, porque era demasiado duro, yo tenía miedo de morirme de dolor”, manifestó María en la cuenta de la artista visual Alice May, que forma parte de una colaboración llamada Wild Women Retreat.
Asimismo, la joven admitió que ese mismo dolor la sumergió en momentos muy difíciles en su etapa de la adolescencia. De hecho, aseguró que en más de una ocasión terminó en el hospital. “Decidí tragármelo, nunca sacarlo y a través de los años y con mi crecimiento empezó a salir de maneras muy tóxicas.
"Como, por ejemplo, trastornos de la conducta alimentaria, problemas con el alcohol, drogas, relaciones tóxicas y demás, porque estaba súper enojada y sentía mucho dolor, pero como no lo estaba externalizando, lo estaba sacando conmigo”, argumentó María.
Después de desafiar varias crisis en su vida, la joven decidió hacer un cambio en su vida y su pasión por la fotografía fue la que la ayudó a sanar: “Luego me pasó -esto es un poco de cómo me reivindiqué- que el sufrimiento nada más no se iba, estas conductas continuaban, yo seguía en un hoyo muy oscuro, dañino y doloroso.
"Entonces me di cuenta de que estaba completamente identificada con mi dolor y que yo no me reconocía si no era a través de una persona con sufrimiento y yo creo que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es completamente opcional”, detalló.
De acuerdo con María, el suceso que le cambió la vida a los 9 años la hizo encontrar finalmente una manera de canalizar la tristeza, y fue a través del arte.
“Así que un día decidí dejar de sufrir y empezar a hacer cosas que me hacían feliz y una de las decisiones más importantes que tomé en este proceso fue dedicarme a hacer lo que me hacía sentido, lo que me hacía feliz y lo que me acercaba más a mí.
"Por eso empecé a hacer fotos y fue muy interesante ver cómo me comencé a ver reflejada a través de mi trabajo, a conocerme y a entender ciertos patrones, eso me llevó a conocerme mucho más”, expresó.
Aunque María, que ahora tiene 26 años y se desarrolla como artista visual y fotógrafa, ha tenido que buscar para lidiar con la muerte de su madre, es una presencia que la acompañará para siempre.