En el mundo de la moda real, la reina Camila ha realizado una audaz declaración que desafía las normas tradicionales. En 2005, vistió un impresionante vestido de boda blanco para casarse con el rey Carlos, sólo para sorprender a todos al reaparecer con el mismo atuendo dos años después.
Un vestido para recordar
Para su boda con el entonces príncipe Carlos el 9 de abril de 2005, la reina Camila eligió un vestido de boda hecho de chiffon de seda color crema. El vestido estaba adornado con filas verticales de discos tejidos hechos en Suiza. Para completar el conjunto, Camila llevó un abrigo de tejido de canasta de seda color ostra a juego. El atuendo fue diseñado por Antonia Robinson y Anna Valentine, diseñadoras londinenses que trabajaban bajo el nombre de Robinson Valentine, ahora exclusivamente Anna Valentine.
Detalles que marcan la diferencia
Camila completó su look con un sombrero de paja de color crema con ala ancha de Philip Treacy, cubierto con encaje francés de marfil y plumas. Además, optó por zapatos de gamuza color beige pálido de L.K. Bennett con puntas de color almendra y una cartera de la colección “East/West” de Launer. Esta estaba hecha de cuero de becerro repujado con un cierre de media solapa y forro de gamuza.
Rompiendo la tradición
Las novias reales suelen usar sus vestidos de boda una sola vez. Por ejemplo, nunca se ha visto a la Princesa Kate o a Meghan, Duquesa de Sussex, reutilizar sus vestidos blancos. Sin embargo, en junio de 2007, Camila volvió a usar su mismo conjunto de boda, esta vez con un sombrero y un par de zapatos diferentes en la apertura de la Asamblea Nacional de Gales. Aunque a Camila le encanta repetir sus atuendos, reutilizar su vestido de boda fue bastante sorprendente.
Un gesto único en la monarquía británica
La reina recicló el vestido blanco hasta la rodilla que usó para su boda con el rey Carlos, un gesto que ninguna otra dama de la monarquía británica ha hecho. Camila fue vista usando el atuendo en la primera sesión de la Asamblea Nacional de Gales de 2007.
Era la misma prenda de chiffon de seda con adornos al estilo suizo en el dobladillo. Sin embargo, la reina alteró la segunda aparición del vestido cambiando las joyas, los zapatos y el sombrero.