Los príncipes George y Charlotte fueron protagonistas de la final de Wimbledon, pese a que la competencia no era fácil: lidiaron el protagonismo con estrellas como Brad Pitt, Daniel Craig y Ariana Grande. Pero el segundo y tercer herederos a la Corona incumplieron las reglas al estar presentes en el court central del All England Club.
Las cámaras ajustaron las lentes en los gestos de George, quien se robó al protagonismo al no estar su hiperactivo hermano menor, Louis. El futuro rey sufrió y gozó con el triunfo en cinco sets del joven tenista español Carlos Alcaraz sobre el serbio Novak Djokovic.
El punto es que de acuerdo con la reglamentación del All England, George y Charlotte no debieron haber estado ahí. Los niños pueden asistir siempre que se mantengan en estricto silencio, algo que los príncipes no cumplieron. Pero hay otra regla más estricta: los niños no pueden acceder al palco real de Wimbledon.
Si bien los príncipes de Gales dejaron en casa al hiperactivo Louis, quien fue un espectáculo en el Jubileo de la Reina Isabel II y en la coronación de Carlos III, por temor a que rompiera el protocolo, llevaron a George, de 10 años, y a Charlotte, de ocho.
No fue la primera vez que los príncipes de Gales rompieron la regla. El año pasado estuvo el príncipe George viendo la final de Novak Djokovic con el australiano Nick Kyrgios. Este año fue el debut de Charlotte, quien a ratos demostró que no estaba muy familiarizada con la puntuación del tenis.