El príncipe Andrés se niega a abandonar su mansión de Windsor pese a que es urgente realizar reparaciones en las techumbres. Hace un par de meses, el Rey Carlos III le disminuyó la asignación real a su hermano menor, algo que le impediría costear los gastos de la residencia y que lo obligaría a buscar un nuevo hogar.
Fuentes ligadas a la realeza dicen que el deseo del monarca es que la mansión sea ocupada por los príncipes de Gales y que Andrés se vaya a Frogmote Cottage, el bungalow que era del príncipe Harry y Meghan Markle y que Carlos III les pidió restituir.
Andrés, de 63 años, a quien la Reina Isabel II le quitó los títulos reales y militares después del escándalo por sus vínculos con el pedófilo Jeffrey Epstein, se niega a dejar el Royal Lodge e insiste en que tiene derecho a permanecer en la residencia real de 30 habitaciones tras firman un contrato de arriendo por 75 años, en 2003.
Carlos III frenó a comienzos de año el subsidio anual de 250 mil libras esterlinas que Andrés recibía de parte de Isabel II. La alternativa ofrecida era la mudanza a Frogmore Cottage, pero el duque de York se niega.
Los amigos de Andrés han dicho que “se niega a moverse de la propiedad”. “No puede ser más claro. No se va a ir ni a mudarse a otra propiedad. Tiene un contrato de alquiler, ha gastado millones en remodelar el lugar y no quiere mudarse. Quienquiera que esté detrás de esto tendría que arrastrarlo y eso claramente no va a suceder”, explicaron.