Tina Turner falleció a los 83 años en su casa en Suiza y durante su trayectoria dentro del mundo del espectáculo fue considerada como una de las artistas más influyentes en la historia de la música moderna. Sin embargo, su éxito y reconocimiento no pudieron evitar que se convirtiera en una víctima de una relación tóxica y abusiva, tal como le sucede a muchas mujeres del mundo.
La cantante conoció a su primer esposo, Ike Turner, en 1957 con apenas 17 años. Su romance se formalizó en 1962 cuando se unieron en matrimonio en Tijuana, México. Sin embargo, lejos de lo que ella pudo pensar de su pareja, su relación era una constante montaña rusa de emociones, llena de complejidades y turbulencias.
La unión entre Tina y Ike estuvo plagada de un historial de maltratos y violencia doméstica, pues durante su matrimonio, Tina sufrió constantes abusos físicos, emocionales y verbales por parte del hombre que amaba. Según contó ella misma, los episodios de violencia eran recurrentes y traumatizantes para Tina.
Los golpes de Ike eran tal que en diversas ocasiones le dejaron cicatrices tanto físicas como emocionales. En su momento, informes indicaban que los golpes eran frecuentes y brutales, llegando incluso a ocurrir en presencia de otras personas.
“Me convencí a mí misma de que era feliz, y fui feliz por un breve tiempo, porque la idea de que estaba casada en realidad tenía un significado para mí. Para Ike, era solo otra transacción”, contó hace algunos años la cantante. Asimismo, la intérprete contó en su autobiografía, y en entrevistas posteriores, los horrores que vivió mientras estuvo con Ike.
De su misma voz, Turner relató cómo él la amenazaba, insultaba y menospreciaba de manera constante. Ike ejercía un control absoluto sobre su vida, restringiendo, en muchas oportunidades, su libertad y manipulando sus decisiones. La relación se volvió tóxica y opresiva, atrapando a Tina en un ciclo de violencia difícil de romper.
En una entrevista, Tina narró que, en su noche de bodas, Ike la llevó a un burdel. Entre las cosas que sufrió la estadounidense se encuentran fracturas de mandíbula, de labios, articulaciones dislocadas, ojos llenos de moretones, heridas en la cara luego de que Ike le lanzara café hirviendo, incluso, en más de una ocasión, tuvo que tragarse su propia sangre antes de ofrecer uno de sus conciertos.
Tina se armó de valor, y como pudo, en 1976 escapó de esta relación abusiva. Se separó de Ike y buscó ayuda para reconstruir su vida y sanar de los traumas que había experimentado. Dos años después, en 1978, Tina se divorció de Ike, poniendo fin a su matrimonio de 16 años. Después de su traumática experiencia, la cantante se convirtió en un ejemplo inspirador para muchas mujeres