Desde su glamorosa participación en el show de medio tiempo del Super Bowl LVII, Rihanna demostró estar preparada para retomar su vida como diva del R&B, esta vez junto con su familia y cuando su segundo hijo en camino.
La novia de A$AP Rocky dejó a la opinión pública boquiabierta luego de la noticia sobre su embarazo y, más aún, por su sigilosa actitud para mantener todo en secreto hasta el pasado domingo 13 de febrero.
El viernes por la noche, la intérprete de Only Girl fue sorprendida por la prensa luego de cenar en Giorgio Baldi, Santa Mónica, lugar en donde se presentó con una cómoda, pero particular tenida.
Con un gran abrigo de piel que rozaba el piso, gafas de sol y unos mom's jeans urbanos, Rihanna salió del restaurante demostrando que, aún con una panza de más de cinco meses, sigue siendo un ícono fashionista.
Sin embargo, su disgusto al abandonar el recinto no pasó inadvertido. Su regreso ha atraído la atención de todos los medios, hecho que parece molestarle profundamente a la dueña de Fendi.
Mientras la superestrella caminaba hacia el vehículo que la esperaba para llevarla a su residencia, no saludó ni se molestó en hacer contacto con la prensa. Durante el corto trayecto del restaurante al auto, Rihanna se limito a caminar mirando hacia abajo con una actitud indiferente hacia los presentes.
Todo parece indicar que, en esta nueva etapa que está experimentando, no hay cabida para los paparazzi ni la prensa rosa, sino que Rihanna preparó el regreso a su estilo y sin mayor escándalo.