Jason Alexander, quien estuvo casado por poco tiempo con Britney Spears, fue condenado por allanamiento de morada y agresión durante la boda de la estrella del pop en junio, pues el hombre se coló en la residencia donde se llevaría a cabo la ceremonia para tratar de conversar con la cantante, según explicó él mismo.
En un principio, la ex pareja de "La Princesa del Pop" fue acusado por el delito de acoso, vandalismo, agresión y otro más por negarse a abandonar una propiedad privada. Por su parte, se pudo conocer que no refutó los dos cargos de delitos menores en un tribunal de California, por lo que el juez del condado de Ventura lo condenó a los 64 días que ya cumplió en la cárcel.
Además de ello, le fue dictada una orden de protección contra él que no le permite acercarse a menos de 100 metros a la intérprete de Toxic, o de cualquier miembro de su equipo de seguridad que estuviera involucrado en el incidente.
En consecuencia, el juez encargado del caso determinó que Jason supone una amenaza para Britney, en vista del empeño con que trató de colarse en el evento. Uno de los guardias aseguró en su testimonio que el hombre llegó hasta la puerta de la recámara de la cantante y rompió la manija intentando llegar hasta ella.
Igualmente, sobre él también cae una orden de alejamiento, medida que Britney Spears consiguió extender hasta junio de 2025. Alexander apareció el día de la boda asegurando que Spears lo había invitado, algo que no era cierto; todo esto ocurrió mientras hacía una transmisión en vivo por Instagram y aseveraba que ella era su primera y única esposa, además de que todavía la amaba.