El nombre de Selena Quintanilla evoca múltiples sensaciones, pero la que predomina es la de devoción. La cantante estadounidense de origen mexicano fue asesinada hace 26 años, cuando tenía 23 y estaba en la cúspide de una carrera prometedora. Tal vez por eso, su leyenda se ha expandido en la misma distancia que tienen las insospechadas expectativas de lo que pudo haber llegado a ser en el mundo de la música popular.
Selena sigue presente con su música, conciertos, tributos y homenajes tanto en Estados Unidos, México, como en todo el mundo. Por eso, el mercadeo de Selena va desde sus álbumes hasta cosméticos, ropa y una muñeca Barbie, por ejemplo.
Ícono multicultural
Selena ha conseguido lo que muy pocos han logrado: unir a Estados Unidos y México. Porque su legado traspasa la frontera y borra al Río Grande, las rejas y los muros del mapa.
El estreno de la segunda temporada de la serie Selena en Netflix, con nueve capítulos y en donde participa la familia Quintanilla en la producción, ayudó a internacionalizar una historia que en Norteamérica ya es parte de la cultura popular. Y que genera lamentos justamente por el cruel final que termina con la vida de una mujer talentosa que estaba en el mejor momento de su carrera.
La inexplicable muerte de Selena
La intérprete de "Amor prohibido" estaba en el punto más alto de su carrera. Tenía cuatro álbumes de estudio, había ganado un Grammy y estaba grabando "Dreaming of you", su primer disco en inglés, que fue lanzado después de su muerte convirtiéndose en un éxito de ventas.
También Selena tenía Selena Etc, su cadena de boutiques donde vendía ropa y joyas, en San Antonio y Corpus Christi. La administradora era Yolanda Saldívar, presidenta del fan club de Selena y quien se había convertido en amiga de confianza de la artista.
En la biografía "Selena: como la flor", de Joe Nick Oatoski, se informa que Saldívar, de 32 años en ese momento, comenzó a hacer mal uso de las tarjetas de crédito con elevados e innecesarios gastos de representación y a tener un mal trato con el personal. Si bien los empleados le hablaron del tema a Selena, ésta no les dio mayor atención.
Fue Abraham Quintanilla Jr., padre de Selena, quien comenzó a ver los problemas y, además, descubrió una malversación de 60 mil dólares. Fue por esto que instruyó que Selena no se acercara a Saldívar, pero era complicado porque la cantante también le confiaba a ella la labor de manager.
El asesinato
El 30 de marzo de 1995, cuando Selena ya tenía decidido despedir a Yolanda Saldívar, recibió un llamado de la administradora de sus negocios quien la citó en un motel de la cadena Days Inn cerca del aeropuerto de Corpus Christi. Le dijo que era para entregarle documentación y le pidió que fuera sola.
Quintanilla llegó junto con su esposo, Chris Pérez. Yolanda se negó a entregarle los documentos. Al día siguiente, Selena retornó al lugar, esta vez sola. Tuvo una fuerte discusión con Yolanda que no pasó inadvertida para el resto de los pasajeros del recinto.
Poco antes del mediodía del 31 de marzo de 1995, Saldívar sacó un arma y disparó a Selena cuando ésta se aprestaba a marcharse. La hirió por la espalda a la altura del hombro derecho. La cantante llegó apenas al lobby del hotel pidiendo ayuda y, detrás de ella, Saldívar le gritaba "¡puta maldita!". Antes de perder el conocimiento, Quintanilla dio el nombre de su agresora.
Saldívar se encerró en su vehículo y amenazó con suicidarse. La policía tardó varias horas para poder detenerla. La asesina repetía constantemente: "No puedo creer que haya matado a mi mejor amiga". Selena, en tanto, fue trasladada al Memorial Medical Center, donde llegó con muerte cerebral por el corte de la arteria subclavia. Después de casi una hora se le declaró fallecida.
Yolanda Saldívar fue condenada a cadena perpetua, sin posibilidades de libertad condicional hasta marzo de 2025; Se encuentra en la cárcel de Mountain View, en Gatesville, Texas, donde permanece aislada para protegerla de las amenazas de muerte de las fanáticas de la cantante.
Conmoción mundial y multitudinaria despedida
Las grandes cadenas de televisión interrumpieron su programación ese día para dar los detalles del asesinato en directo. Los diarios del estado de Texas lograron sus récords históricos de ventas y las radios del estado vieron colapsadas sus centrales telefónicas ante la incredulidad de los fanáticos que llamaban para confirmar si la nefasta noticia era verdad o no.
Al Centro de Convenciones Bayfront Plaza de Corpus Christi llegaron más de 50 mil fanáticos para despedir a su ídolo. Gente de todo Texas, así como también de México y los estados de Nuevo México, Arizona y California, llegaron al lugar para cubrir el ataúd con cientos de rosas blancas.
El entonces gobernador de Texas, George W. Bush, declaró el 16 de abril, día del cumpleaños de la artista, como el "Día de Selena" en todo el estado. Existe un proyecto de ley para que se convierta en un festivo formal de Texas.
Aunque Selena es innegablemente una leyenda, la familia Quintanilla se ha esforzado por prolongar su legado. Sus padres crearon la "Fundación Selena", una organización sin fines de lucro que ayuda a niños necesitados y que organiza eventos en honor a Selena como la Fiesta de la Flor. Su hermana, Suzette Quintanilla, junto con su padre, son los productores ejecutivos de la serie tributo de Netflix.
Han pasado 26 años y la leyenda de Selena sigue más viva que nunca.