A los 23 años, Selena Quintanilla se preparaba para dar el gran salto al mundo de la música anglosajona. Ya tenía el mercado latino, un Grammy y todos apostaban a que la reina del Tex-Mex se impondría en el mercado estadounidense, pero todo terminó con su asesinato, el 31 de marzo de 1995.
Selena no está físicamente, pero sí su obra y su espíritu, que la transformaron en una leyenda. Su música nunca pasó de moda y su figura es inmortal. Legisladores de origen latino propusieron que el film "Selena", con Jennifer López como protagonista, sea incluida en el registro nacional del cine, en donde se guardan las películas más representativas de la cultura estadounidense.
Selena Quintanilla es una de las artistas de origen latino que más discos ha vendido. Se dice que son cerca de 90 millones de copias y va detrás solo de artistas de la talla de Gloria Estefan y Shakira.
Deborah Paredez, docente de la Universidad de Columbia y autora de “Selenidad: Selena, Latinos and the Performance of Memory”, explicó en una entrevista que el catálogo musical de Quintanilla es perfectamente amoldable a los estilos de los diferentes países latinoamericanos.
Una mezcla latinoamericana
“Se oyen diferentes ritmos colombianos y caribeños mezclados con la música mexicana”, dijo. “Esto ayuda a que su sonido sea universal entre los latinos”. Hoy, que es tiempo de las llamadas fusiones urbanas, Selena estaría plenamente vigente y su condición sería de adelantada o pionera.
El hermano de Selena, Abraham Quintanilla III, era el productor de sus discos. En una entrevista concedida en 1995 dijo: “Nos llaman texanos y sí, somos de Texas. Pero nuestra música es una fusión de ritmos de México y Sudamérica. Es una mezcla de tropical, reggae, cumbia y otros géneros, más la influencia del pop”.
La influencia de Selena Quintanilla queda de manifiesto cuando diferentes artistas han interpretado sus canciones, como Camila Cabello, Kacey Musgraves, Cardi B y Jennifer López.