Selena Quintanilla tendría 50 años si estuviera viva. Es lo único que se puede anticipar con certeza. El resto es sólo especulación acerca de una carrera que se veía como promisoriamente espectacular y que finalizó el 31 de marzo de 1995, cuando Yolanda Saldívar le disparó en un motel cercano al aeropuerto de Corpus Christi, Texas. Ese día, Selena se convirtió en una leyenda.
La ascendente carrera de Selena recaudó dinero, pero el monto acumulado de su herencia no suena tan espectacular hoy. La artista dejó 326 mil dólares. El dinero fue repartido en partes iguales entre el esposo de Selena, Chris Pérez y el resto de la familia. Dentro de su patrimonio figuraban los derechos musicales además de dos boutiques, que eran administradas por su asesina, muebles finos, instrumentos musicales, ropa, joyas y depósitos en cuentas bancarias.
La gran herencia de Selena no fue esa, si no todo lo que fue produciendo desde que dejó este mundo en adelante. Según The Richest, la fortuna de los Quintanilla se acerca a los 25 millones de dólares.
Chris Pérez, el esposo de la cantante nombró al padre de Selena, Abraham Quintanilla, como albacea de toda la fortuna. Le cedió todos los derechos de la artista.
En marzo de 2012, Pérez publicó el libro To Selena, With Love, donde dijo que la autorización entregada al padre de Selena fue firmado bajo coacción. Indicó que su suegro se aprovechó de la situación vulnerable que estaba viviendo. Abraham Quintanilla lo demandó en seguida.
Los Quintanilla han sido quienes crearon una Fundación que busca preservar el legado de Selena y de la música latina del estado de Texas. También han participado activamente en la producción de Selena, la serie de Netflix que ya tiene dos temporadas.