Llorar nunca es fácil. Generalmente, cuando las lágrimas no son de emoción sino de dolor o tristeza, son respuesta la respuesta natural de un estado de sufrimiento y vulnerabilidad. Llorar es algo que todos hacemos en mayor o menor medida pero es un ‘lenguaje’ universal. No importa el idioma, la cultura, la religión. El llanto lo entendemos todos. Pero ¿qué pasa en el cuerpo?
Cuando lloramos, se desencadena una respuesta biológica compleja en el cuerpo que involucra varios sistemas y procesos y está vinculado tanto a aspectos fisiológicos como psicológicos.
1. Sistema Nervioso Autónomo:
El llanto puede ser iniciado por estímulos emocionales, como tristeza, alegría, frustración o estrés. Estos estímulos activan el sistema nervioso autónomo, que se divide en el sistema simpático y el sistema parasimpático. La activación del sistema simpático puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial en respuesta a emociones intensas.
2. Glándulas lagrimales:
Las lágrimas son producidas por las glándulas lagrimales, que están ubicadas en la parte superior del ojo. Estas glándulas producen tres tipos de lágrimas: lágrimas basales (que mantienen el ojo húmedo), lágrimas reflejas (que se liberan en respuesta a estímulos irritantes, como polvo o humo) y lágrimas emocionales (que se liberan en respuesta a emociones).
3. Composición de las lágrimas:
Las lágrimas emocionales difieren de las otras en su composición química. Contienen mayores cantidades de proteínas y hormonas relacionadas con el estrés, como el cortisol. Además, contienen encefalinas, que son péptidos que actúan como analgésicos naturales y podrían explicar por qué llorar puede tener un efecto calmante.
4. Liberación de lágrimas:
Las señales emocionales enviadas por el sistema nervioso autónomo activan las glándulas lagrimales para producir y liberar lágrimas. Cuando las lágrimas alcanzan cierto nivel, comienzan a fluir desde el ojo y a través de los conductos lagrimales hacia la nariz y la garganta.
5. Efectos fisiológicos y emocionales:
Llorar no solo libera sustancias químicas asociadas con el estrés, sino que también puede ayudar a reducir la tensión emocional y promover una sensación de alivio. Además, el acto de llorar puede estimular la liberación de endorfinas, que son neurotransmisores relacionados con la sensación de bienestar y el alivio del dolor.
¿Pero, por qué derramamos lágrimas emocionales?
Según se ha estudiado, las lágrimas emocionales tienen un fin evolutivo: esta es la forma que tenemos para despertar la empatía de los demás. Las investigaciones demuestran que las personas que reciben apoyo social cuando lloran dicen sentirse mejor que las que contienen el llanto y, en consecuencia, no reciben ningún apoyo.
Es esencial que podamos comprender los efectos de esta represión en el bienestar físico y mental personal, pero también de quienes nos rodedan.
1. Efectos Físicos de Contener el Llanto:
- Tensión muscular: Al reprimir el impulso de llorar, se produce una tensión en diversos grupos musculares, especialmente en áreas faciales y cervicales.
- Dolor de cabeza: Esta tensión puede desencadenar cefaleas tensionales, un tipo común de dolor de cabeza.
- Alteraciones digestivas: El estrés emocional puede manifestarse en el sistema gastrointestinal, produciendo síntomas como náuseas o indigestión.
- Aumento de la presión arterial: La represión emocional puede generar una respuesta de estrés, elevando temporalmente la presión arterial.
2. Efectos en la Salud Mental:
- Acumulación de emociones: La represión del llanto puede ser indicativo de una gestión emocional inadecuada, llevando a una acumulación de emociones negativas.
- Estrés y ansiedad: La no expresión de emociones puede potenciar estados de ansiedad y estrés.
- Sensación de aislamiento: La represión puede generar sentimientos de soledad, ya que el individuo puede percibir que no puede compartir sus emociones genuinas.
- Baja autoestima: La vergüenza o el juicio autoimpuesto por querer llorar puede afectar la percepción de uno mismo.
- Alteraciones del sueño: La ansiedad y el estrés derivados de la represión emocional pueden interferir en los patrones de sueño.
Recomendaciones para abordar el llanto:
- Promover la expresión emocional: Es vital crear un espacio seguro donde la persona que está llorando pueda expresar libremente sus emociones. Si eres tú quien llora, busca un lugar donde puedas expresar tus emociones libremente y donde puedas pasar un tiempo hasta que llegue la sensación de calma y bienestar.
- Educación emocional: Si tienes algún grado de conocimiento, puedes proveer de herramientas y estrategias para que la persona que llora pueda reconocer y gestionar sus emociones de manera saludable. Si no tienes las herramientas, es fundamental que trates de encontrar información al respecto ya que es de muchísima ayuda. Personalmente, te recomiendo que, si tienes el hábito, consultes algunos podcast de psicología, donde gente especialista en el tema puede ilustrar de forma sencilla lo que ocurre y cómo gestionar las emociones.
Acá te sugiero un par de capítulos que a mí me han ayudado muchísimo:
- Intervenciones corporales: Técnicas como la relajación muscular progresiva pueden ser útiles para aliviar la tensión física asociada con la represión del llanto.
Antes de irme, te dejo un dato curioso: se suponía, hasta hace no tanto tiempo, que sólo los seres humanos éramos capaces de liberar lágrimas emocionales. Sin embargo, a través de un estudio se demostró que los perritos 🐶 tambén las liberan, pero en su caso son lágrimas de felicidad cuando se reunen con sus familias luego de una separación prolongada.
Espero que esta información te sirva y que te lo pienses dos veces antes de contener tu llanto o de decirle a alguien más que deje de llorar ya que el llanto es una herramienta valiosa para la gestión emocional.