Pirita: El brillo de la prosperidad
A pesar de no ser una gema en el sentido tradicional, la pirita, con su resplandor dorado, es conocida como un potente imán para la buena suerte y la abundancia. Este mineral de sulfuro de hierro es altamente valorado en el Feng Shui por su capacidad para fortalecer la estabilidad económica y potenciar las condiciones laborales.
Piedra lunar: Reflejo del deseo amoroso
Esta gema, íntimamente ligada a la energía lunar, es un símbolo de intuición, sensibilidad y protección espiritual. En el Feng Shui, se recomienda como un ornamento que puede avivar el deseo amoroso, especialmente durante la luna llena.
Ámbar: El guardián de la energía positiva
El ámbar, más allá de su belleza, actúa como un escudo que atrapa la mala energía y libera la positiva. Su origen natural le ha otorgado un lugar especial en diversas culturas, donde se le atribuyen propiedades curativas y protectoras. En el mundo del Feng Shui, es una piedra clave para atraer prosperidad y buena fortuna.
Morganita: El eco del amor divino
Esta variedad de berilo, con tonalidades que oscilan entre el naranja y el rosa, es un emblema de compasión, alegría, paz interior y amor divino. La morganita no solo embellece, sino que también infunde en quien la posee una sensación de bienestar y armonía.
Peridoto: La esencia de la abundancia
El peridoto, con su distintivo color verde, es una piedra que promete traer buenas noticias y riqueza a quien la tenga. Su tonalidad, asociada al dinero, es un presagio de prosperidad. Además, el Feng Shui sostiene que el peridoto es una gema protectora contra las malas vibraciones y un fortalecedor de los lazos amorosos.