Tras la gran ceremonia de coronación en la Abadía de Westminster, el rey Carlos III (74) se reunió con los demás miembros de la realeza británica para un brindis en el Palacio de Buckingham, en donde levantó la copa por el cumpleaños del príncipe Archie (4), pese a su molestia con Harry (38) por su apresurada ida a Estados Unidos.
La actitud arrogante del duque de Sussex en su visita a Londres es algo que tiene muy decepcionado a su padre, pues el monarca esperaba que el príncipe pudiera acompañarlos en el almuerzo familiar, pero decidió regresar a California para celebrar el cumpleaños de su primogénito.
Una fuente cercana a la realeza informó al Daily Mail que, mientras la mayoría de los miembros de la Familia Real respiraron aliviados porque Harry no se unió a ellos, el soberano recién coronado parecía “realmente bastante decepcionado de que no se quedara”.
Sin embargo, durante el brindis posterior a la coronación, que se produjo luego de su aparición en el balcón con la reina Camila y demás miembros de la realeza, Carlos III agradeció a todos los que habían trabajado duro para hacer que el día fuera tan especial y brindó por sus nietos, incluyendo a los que no estuvieron.
El rey levantó su copa por sus tres nietos presentes, el príncipe George (9), quien sirvió como uno de sus pajes de honor, la princesa Charlotte (8) y el príncipe Louis (5). Posteriormente, brindó por los nietos que no pudieron presenciar la ceremonia, la princesa Lilibet (1) y Archie (4), a quien deseo un feliz cumpleaños. “Aparentemente fue un momento muy dulce”, aseguró la fuente.