Otro miembro de la realeza que tuvo un papel muy importante en la ceremonia de coronación del rey Carlos III (74) fue el príncipe William (40), heredero al trono y quien protagonizó uno de los momentos más importantes de la investidura al jurar fidelidad a su papá.
El príncipe de Gales prometió lealtad y fidelidad al monarca durante la histórica ceremonia de coronación celebrada este sábado en la Abadía de Westminster, rodeado de simbolismos.
El príncipe William acompañó a su papá mientras le eran entregadas la Estola Real y la Túnica Real y ayudó a la Baronesa Merron y a los obispos a poner la toga al Rey Carlos, de 74 años, antes de que fuera coronado con la Corona de San Eduardo.
Tras la coronación, el esposo de Kate Middleton se arrodilló ante el rey Carlos y puso sus manos sobre las de su padre diciendo: "Yo, William, príncipe de Gales, te juro mi lealtad y la fe y la verdad que te profesaré, como tu señor de vida y muerte. Con la ayuda de Dios", para después tocar la corona de su padre y besar la mejilla del monarca.
El juramento del príncipe de Gales, conocido como el Homenaje de Sangre Real, es una réplica de lo que hizo su abuelo, el príncipe Felipe, a la Reina Isabel en su coronación de 1953, cuando juró ser su "hombre de vida y hueso".
Las "palabras de lealtad" y el papel del príncipe William fueron confirmados la semana pasada en la liturgia del servicio de coronación dada a conocer por la oficina del Arzobispo de Canterbury en el Palacio de Lambeth.
Por otro lado, como ya se había adelantado, aunque el príncipe Harry asistió a la ceremonia de coronación de su padre, no desempeñó un papel oficial en el servicio.