El parecer que tenía la Reina Isabel II sobre el príncipe Harry y Meghan Markle es una de las grandes novedades que presenta el libro de Robert Jobson, Our King: Charles III - The Man And The Monarch Revealed. La monarca estaba muy preocupada por el quiebre familiar y por la conducta de su nieto preferido.
La Reina siempre había sentido un gran cariño por Harry, porque perdió a su madre a los 12 años, pero su paciencia terminó agotándose por los exabruptos de su nieto y su esposa.
Según la publicación, Isabel II ya estaba aburrida de los intercambios entre Harry y la familia real. Al mismo tiempo, estaba molesta por las declaraciones de Harry y Meghan, especialmente después de la entrevista con Oprah Winfrey donde dijeron que hubo conductas racistas de parte de La Firma.
Según Jobson, la Reina Isabel II llegó a creer que "su nieto estaba tan consumido por el amor por su esposa que estaba nublando su juicio".
Durante la cumbre de Sandringham, la monarca hizo revisar completamente la biblioteca para evitar filtraciones a la prensa. Del mismo modo, no permitió que Meghan Markle se conectara por videoconferencia desde Canadá.
Pese a todas las incomodidades causadas, Isabel II seguía manteniendo un profundo amor por Harry y deseaba de todo corazón que encontrara la paz y la felicidad con Meghan viviendo en California.