Este 5 de abril se realizó una misa en honor del príncipe Raneiro III, quien falleciera e 6 de abril de 2005, en la cual estuvieron presentes sus tres hijos: Alberto, Estefanía y Carolina de Mónaco, cita en la cual no podía faltar Charlene, esposa del príncipe monarca, dejando en evidencia que la relación de la princesa con sus cuñadas no es la mejor.
La familia real se reunió en la Catedral de Mónaco celebrada por Mgr. Dominique-Marie David. Las nietas del príncipe Rainiero III se celebraron para rendirle un homenaje personal: la Sra. Charlotte Casiraghi hizo la primera lectura y luego la Sra. Camille Gottlieb pronunció la oración universal, tal y como reportan las redes sociales del principado.
No obstante, unas imágenes deban ver que se tratan con cordialidad pero nada con mucho entusiasmo. El único gesto de cariño ha sido el de Charlene con su sobrina Carlota Casiraghi, a quien abraza de manera efusiva y le da un beso. Mientras que en otra de las imágenes se puede apreciar a Estefanía ofrecerle una sonrisa forzada mientras la princesa saluda a la gente.
Esta es una de las poquísimas veces en las cuales se le puede ver a las tres royals reunidas, y solo están en las más obligadas, como en las celebraciones por el Día Nacional de Mónaco, que se celebra en noviembre pero todos los miembros de la realeza deben estar presentes; en esta ocasión se exceptuó a Louis, el hijo de Estefanía, quien recientemente se estrenó como papá.
Los rumores de una mala relación comenzaron desde que Alberto se fijó en Charlene, quien era una nadadora experimentada, y se afirma que Calorina quiso adoctrinarla pero fue en vano, pues la princesa tenía otros planes al lado de su esposo, lo cual para muchos expertos fue el inicio de mucha tensión.