En la mansión de Montecito, California, con unos 30 invitados como testigos privilegiados, la hija menor de los duques de Sussex fue bautizada en una ceremonia anglicana, luego que los padres decidieran rechazar el rito religioso británico.
El padrino de la bautizada fue el multimillonario Tyler Perry, amigo íntimo de la pareja real. A presenciar el sacramento religioso de la nieta de la reina Isabel II fueron invitados el rey Carlos III, la reina consorte Camila, y los príncipes de Gales, William y Kate Middleton. Ninguno de ellos llegó a la mansión californiana. Declinaron la invitación, informó una fuente a medios periodísticos.
La niña de 21 meses recibió el nombre oficial de Princesa Lilibet Diana, luego que Harry y Meghan hicieran valer el derecho a usar el título honorífico de Princesa con acceso al trono según la línea de sucesión.
La ceremonia fue dirigida por el reverendo John Taylor, obispo anglicano del condado de Los Ángeles, y de los abuelos de la festejada solo estuvo presente la madre de Meghan Markle, Dorian Ragland.
Según fuentes del palacio de Buckingham, el rey Carlos III no se opondrá a la utilización de los rangos de príncipes tanto de Archie, el hermano mayor, como de Lilibet Diana, aunque hasta ayer la institución real los consideraba como "Miss Lilibet Mountbatten-Windosr" y "Master Archie Mountbatten-Windsor".