Se van a cumplir dos años de la controvertida entrevista del príncipe Harry y Meghan Markle con Oprah Winfrey, considerada como el inicio de la guerra entre los duques de Sussex y la realeza británica. La disputa aumentó con el documental de Netflix y el libro de memorias Spare.
Justamente en esa publicación, Harry se da el tiempo de explicar qué los motivó a llegar al set con Oprah para contarle, entre otras cosas, que un integrante de la realeza hizo comentarios acerca del color de piel que tendría al nacer el primogénito de la pareja, Archie.
Harry escribió: "Willy dijo que yo era bueno para hablar sobre la cooperación de la realeza con la prensa. Y qué pasaba con mi conversación con Oprah". Luego agregó que "Meg y yo habíamos hecho una entrevista con Oprah Winfrey un mes antes, pero días antes de que saliera al aire aparecieron en el Reino Unido esas historias de que Meg era una matona que había maltratado a Kate. ¡Qué coincidencia!".
El hijo menor del Rey Carlos III no se guardó nada: "Desde que salimos de Gran Bretaña, los ataques contra nosotros habían aumentado exponencialmente”. Y justificó su aparición el programa de Oprah al explicar que "tuvimos que intentar algo para que se detuviera. Estar en silencio no estaba funcionando. Solo lo estaba empeorando. Sentimos que no teníamos elección".
“Varios amigos cercanos y figuras queridas en mi vida me habían regañado por hablar con Oprah. '¿Cómo pudiste revelar tales cosas? ¿Sobre tu familia?' Les dije que hablar con Oprah no tenía nada de diferente con lo que mi familia y su personal habían hecho durante décadas: informar a la prensa sobre los rumores y instaurar historias que no son verdaderas”, comentó.