El príncipe Andrés está desconcertado por la negativa del rey Carlos III de distribuir la riqueza que le dejó la Reina Isabel II al resto de los herederos. El patrimonio de la soberana, que se dice que tiene un valor de 900 millones de dólares, quedó en manos de su hijo mayor y heredero.
Según fuentes de Palacio, el duque de York habría caído en desgracia por cuestionar al Rey y decir que acaparó la fortuna, lo que ha significado que ni él ni los otros dos hijos de la Reina, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, han recibido dinero en efectivo.
Un cercano al duque de York le contó a Daily Mail que “Andrés está desesperado. Se ha quedado completamente en la oscuridad. Andrés es un integrante de la familia, ¡por el amor de Dios! Pero no tenía idea de que esto vendría. ¿Qué se supone que debe hacer? ¿Ir gorra en mano donde su hermano mayor para mantener un techo sobre su cabeza? Las cosas van de mal en peor. Es un desastre".
El dinero habría pasado de monarca a monarca luego de la decisión tomada por la Reina en 1993, de tal manera de no pagar ni un centavo de impuesto a la herencia.
Durante la semana se informó que el Rey Carlos III se negó a pagar la factura de 40 mil dólares al año de un gurú sanador indio que atiende a Andrés. El duque de York le reclamó a Privy Purse por el rechazo.
Una fuente de Palacio comentó: "Las familias británicas están luchando y, con razón, se opondrían a la idea de que se paguen decenas de miles de dólares a un gurú indio para que brinde tratamiento holístico a una realeza que no trabaja. El rey vio la factura del sanador enviada por Andrés a Privy Purse y pensó que era una broma de su hermano".