Meghan Markle tiene una marcada característica dominante sobre sus hijos Archie y Lilibet, de 3 y 1 año respectivamente. La duquesa es una madre preocupada y está encima de todos los aspectos de la crianza.
El libro de Tom Quinn Gilded Youth saca a relucir el lado desconocido de la vida de la pareja que renunció a la realeza y que no aparece en el documental Harry & Meghan de Netflix ni en el libro Spare.
Un extracto de la publicación precisa que "Meghan será genial cuando sus hijos sean muy pequeños porque les mostrará un ejemplo de alguien que sale y trata de agarrar el mundo por el pescuezo".
Agrega que "tiene tal nivel de certeza sobre sí misma y el mundo que Archie y Lilibet se sentirán seguros. Quizás demasiado seguros".
El autor especifica que "existe la posibilidad de que Meghan termine dominando todos los movimientos de sus hijos cuando sean mayores. Ella es un personaje muy dominante y será difícil mantener eso fuera de la crianza".