La reina consorte Camila pasó un bochorno cuando casi pierde su sombrero por culpa del viento cuando ingresó a la Abadía de Westminster. Visiblemente contrariada, se acercó al Rey Carlos III para hacerle una inusual petición en medio de la conmemoración del Día de la Commonwealth.
Según un lector de labios consultado por Mirror, la reina consorte estaba muy nerviosa y, apenas superó el impasse, le dijo al soberano: "Me vendría bien un trago después de esto".
La reina consorte y la princesa de Gales tuvieron que aferrarse a sus tocados cuando llegaron a la Abadía y debieron sujetar sus sombreros hasta que encontraron refugio en el interior.
Dentro del edificio, Camila les comentó entre risas nerviosas lo que le había ocurrido a ella y a Kate Middleton al príncipe William y al Rey Carlos III, quien le respondió: "¡Oh! Es un infierno feliz".
El servicio anual del Día de la Commonwealth reunió a casi todos los miembros de la familia real en lo que fue la previa de la coronación del Rey Carlos III, que se producirá dentro de poco menos de dos meses en la misma Abadía de Westminster.