Que las princesas Charlene y Carolina de Mónaco no se llevan bien no es ninguna novedad. Pero que la hermana mayor del príncipe Alberto saliera de la escena pública, sí es noticia. Y todas las pistas apuntan a Charlene como la responsable.
La primera dama extraoficial desapareció de la figuración mediática y se debe en gran parte a la agenda liviana e intrascendente que le ha destinado su cuñada.
Es tan evidente el tema que la revista italiana Oggi la calificó como "la jubilación dorada", en tanto que otros medios sacan cuentas de todas las oportunidades que ha desperdiciado Carolina de Mónaco para brillar, pero no lo hizo porque sencillamente no estaba ni invitada.
El nuevo glamour monegasco tendrá como protagonista a la princesa Charlene, quien cuenta con el férreo respaldo de su esposo, el príncipe Alberto. La ex nadadora sudafricana está expandiendo su imagen con su fundación benéfica.
Carolina ni siquiera figura por la gala benéfica de todos los años para recaudar fondos contra el sida y actualmente está a cargo de un baile de gala conmemorativo de su padre, el príncipe Rainiero.
Oficialmente Carolina fue siempre la cara visible de dos de las organizaciones más famosas de Mónaco: la Cruz Roja y la Fundación Princesa Grace. Pero en el último baile de la Cruz Roja no estuvo Carolina de Mónaco, por la sencilla razón de que Alberto proclamó a Charlene como vicepresidenta del organismo cuando la princesa aún estaba convaleciente en Sudáfrica. Se dice que fue para despejar las sospechas sobre su posible divorcio.