El hijo mayor de la infanta Helena, Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón (24), más conocido como Froilán superó los límites de la familia real. Sus constantes escándalos motivaron a su madre a tomar drásticas medidas para evitar más bochornos y de una vez por todas enderezar el camino de la “oveja negra de la familia”.
Siendo el cuarto en la línea sucesoria del trono de España, el joven se ha hecho una fama de fiestero, lo que llevó a su madre a pedirle que se mude a Abu Dabi junto a su abuelo, el rey Juan Carlos I para mantenerse alejado del ojo público. Sin embargo desde una pelea con navajas a la salida de una discoteca, hasta tres días de parranda que terminaron con Froilán desalojado de un “after ilegal” con menores de edad y drogas, han superado la paciencia de la monarquía.
Ante la incontrolable actitud del joven, la Casa Real tomó una medida desesperada, Froilán ya no contará con los típicos agentes de seguridad, ya que ahora será monitoreado con dispositivos de geolocalización permanente y un grupo de vigilancia fija e intensa.
La Casa Real está desesperada por el comportamiento de Froilán
Desde su incidente en Navidad que terminó con uno de sus amigos apuñalado, un grupo de tres agentes intentaba seguirle el paso a Froilán, pero su equipo de seguridad no daba abasto a su agenda nocturna, por lo que han decidido incorporar un equipo de monitoreo.
Ahora el sobrino del rey Felipe VI tendrá que andar siempre con un dispositivo para que los servicios de seguridad sepan dónde está. A pesar de que este método puede ser vulnerado con facilidad, la familia real española espera que Froilán deje de ser un dolor de cabeza con sus escándalos.