Salma Hayek (56) siempre ha demostrado lo feliz y enamorada que se encuentra de François-Henri Pinault (60), sin embargo, por más que llevan más de una década casados, la actriz reveló que sintió un gran temor el día que debía presentarse en la corte para unir su vida legalmente con el empresario francés, incluso, pensó en no asistir a su propio matrimonio.
La actriz y el padre de su hija Valentina Paloma (15) se casaron por el civil el 14 de febrero de 2009, no obstante, horas antes de llevarse a cabo la ceremonia, Salma aseguró que no tenía idea que se casaría el Día de San Valentín. De hecho, manifestó que terminó casándose porque sus padres y hermano la llevaron arrastras a la corte, ya que ella no pretendía asistir por voluntad propia.
“Ni siquiera sabía que me iba a casar ese día. Fue como una intervención. Simplemente me llevaron a la corte. Mis padres, mi hermano, todos me estaban atacando. La razón por la que fue una boda en un juzgado fue porque me arrastraron allí”, expresó la actriz en la entrevista, asegurando que el motivo por la que no quería llegar al altar era porque sentía fobia a todo lo que conlleva el matrimonio.
“¿No podías decir que no?”, preguntó el periodista a Salma, a lo que ella alegó que no, que ya todo estaba armado para el gran día. “¡No! Estaba nerviosa. Había dicho que sí al matrimonio, pero en realidad no me presentaría ese día ni lo haría”, aseveró la famosa intérprete.
Días después de la boda en la corte, cuando a Hayek se dio cuenta que no le dieron otra opción que caminar por el pasillo, se sintió aliviada al descubrir que su relación de marido y mujer con Pinault no era mala, por lo que accedió a realizar una ceremonia más grande con sus seres queridos en abril del mismo año.
Hace dos años, en una entrevista para el Page Six, la actriz manifestó que le había rechazado dos propuestas de matrimonio a Pinault. “Me avergüenza admitir cuántas veces tuvo que preguntarme. ¡Tres veces! Ese fue el miedo más grande que he superado”, comentó Hayek. Del mismo modo, animó a otras mujeres que tienen miedo a las uniones legales a enfrentarlos para que se sientan libres.