La Princesa Charlene encabezó la festividad de Santa Devota, patrona del Principado de Mónaco, ante la ausencia de su esposo, el Príncipe Alberto, quien está aquejado por tercera vez de covid-19.
El hecho de que la sudafricana liderara la celebración hizo que sus cuñadas, las princesas Carolina y Estefanía, no asistieran al evento por primera vez en muchos años. Con ello, dejaron en evidencia una vez más la nula sintonía que tienen con la ex nadadora olímpica.
Charlene vistió un sobrio traje gris y estuvo acompañada por sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de ocho años. Los tres participaron en la misa de Santa Devota en la catedral de Mónaco.
La princesa encabezó el acto religioso y luego acompañó a sus hijos a prender la hoguera con la que se incendia la barca de la patrona del Principado.
Charlene y sus hijos se dirigieron al balcón del Palacio desde donde siguieron la procesión en compañía del Príncipe Alberto, quien lucía una mascarilla debido a su estado de covid-19 positivo.