Fue durante el partido del Seis Naciones de rugby entre Gales e Inglaterra que Kate Middleton confirmó el futuro deportivo de su hijo mayor.
El príncipe George, segundo en la línea de sucesión al trono, está muy entusiasmado con el rugby y ya hay proyecciones para él dentro del deporte de la pelota ovalada.
La princesa de Gales contó que George está mejorando sus habilidades para el rugby en la escuela. A los nueve años está avanzando desde el rugby tag al rugby táctil, que es donde ya hay bloqueos y golpes, y está aprendiendo a tacklear.
"Están tratando de enseñarle las reglas", dijo Kate, quien agregó que "se mueve con confianza porque es alto, tiene el físico".
Kate, quien practicó navegación a vela, esquí y tenis en su juventud, es fanática del rugby. Era el panorama de los fines de semana en su familia y, además, actualmente es la patrocinadora de la selección inglesa de rugby.
La princesa Charlotte, en tanto, es fanática del fútbol. Su padre, el príncipe William, quien es el presidente de la FA, les dio un recado a Las Leonas cuando las futbolistas inglesas fueron campeonas europeas: "Charlotte quiere que les diga que es muy buena en la portería... ¡una estrella en ciernes para el futuro!".
Muchos apostaban a que los hijos de los príncipes de Gales optarían por el tenis debido a sus continuas apariciones en las tribunas de Wimbledon. O el polo, el deporte de su padre y su abuelo.
Los hijos de Kate y William no serían los primeros integrantes de la realeza que destacan en deportes. La máxima exponente familiar es la tía de George y Charlotte, Zara Tindall, quien fue medallista olímpica en saltos de equitación, en 2012, y el esposo de ella, Mike Tindall, ex capitán de la selección inglesa de rugby.