Después de una década casada con el Príncipe Alberto, Charlene de Mónaco no ha podido tener una buena relación con sus cuñadas, las princesas Carolina y Estefanía. La teoría que explica el porqué se resume en que Carolina nunca ha aceptado a la sudafricana por tener un origen plebeyo y quiere que alguien así sea la cara visible de la familia Grimaldi.
Carolina de Mónaco fue durante muchos años la "primera dama honoraria", incluso después de que Alberto ya se había casado con Charlene y, especialmente, cuando la ex nadadora estuvo largo tiempo enferma y ausente de las tareas reales.
Cuando la princesa Carolina pensaba que finalmente sería la acompañante de su hermano, Charlene volvió en gloria y majestad y asumió un rol protagónico como nunca antes y se rodeó de personal de confianza, incluidos sus padres, quienes están viviendo en Montecarlo.
Carolina tenía la esperanza de que su hijo Andrea Casiraghi se mantuviera detrás de ella en la línea de sucesión, pero con el nacimiento de los mellizos Jacques y Gabriella, Carlolina fue desplazada al tercer lugar y Andrea al cuarto.
Pese a que la hija mayor de Grace Kelly y Rainiero está casada con Ernesto de Hannover, príncipe de la antigua dinastía alemana en el Reino Unido, Charlene sigue teniendo más poder que ella. Y se lo hace ver cada vez que puede.
La princesa Charlene planea vengarse de Carolina de Mónaco enviándolo a la coronación de Carlos III el 6 de mayo en Londres. Las relaciones de Carolina con el hijo de la Reina de Isabel II son tensas desde los rumores de romance entre ambos que datan desde hace más de 40 años.