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Rey Felipe VI sufre de onicofagia por más que intenta que nadie se dé cuenta

El máximo dignatario de España no ha podido superar el mal hábito que, a juicio de los especialistas, responde a varios factores

El esposo de la reina Letizia padece de onicofagia, una condición que lo incentiva a no mostrar sus manos. - Créditos: Instagram

La presencia de varias heridas que revelan que sufre onicofagia, el término técnico que reciben quienes se comen sus uñas, volvió a dejar en evidencia que el rey Felipe VI (55) sigue sin poder superar, después de varios años, esta manifestación muy ligada a varias razones de carácter nervioso.

El rey español ya ha llamado la atención por el pésimo aspecto de sus manos, cuyas heridas intenta disimular con apósitos o vendajes menores, los mismos que varios veces los fotógrafos han podido captar en sus extremidades.

 

Las lesiones, que son fruto de la onicofagia, entendido como el hábito compulsivo de comerse las uñas, demuestra que los altos grados de estrés y tensión a los que está sometido el padre de las princesas Sofía y Leonor le están pasando la cuenta. De acuerdo a Look, el caso del Rey se ha repetido en otras instancias en las que su carga laboral es alta.

Durante una pasada visita a Barcelona, Felipe VI, quien lleva casado 18 años con la reina Letizia, mostró sus manos y los medios españoles las calificaron como “impresentables”, debido al evidente enrojecimiento en la zona de sus uñas y lo muy cortas que lucen las estructuras que se localizan en las regiones distales de los dedos.

De acuerdo a ABC, el mal hábito de morderse las uñas es causado por estrés, enfrentar situaciones que causan ansiedad, timidez o miedo. El mismo medio, según explicó la psicóloga Lidia Asensi, asegura que las consecuencias de no acabar con el hábito se pueden encontrar en tres niveles distintos.

El primero es a nivel físico, producto del sangrado y desfiguración de los dedos. La segunda consecuencia es a nivel emocional, ya que puede generar una situación difícil de controlar. La tercera afecta a nivel social, debido a lo poco atractivo de presentar las uñas mordidas, lo que termina por afectar la imagen de la persona que mantiene el hábito.

 

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