Su hermano William conoció a Meghan Markle en noviembre de 2016. Pero Harry, conforme la relación con la actriz estadounidense se fue consolidando, necesitaba saber qué opinaba de ella su cuñada, Kate Middleton, a quien consideraba una hermana mayor.
Cuando Meghan estuvo con William, Kate se encontraba con su familia en Norfolk, y no pudo asistir a la cita. Se enteraría después de algunos pormenores según le contara su esposo, pero estaba pendiente el día que Harry eligiera para que se la presentara.
A Kate Middleton también le importaba sobremanera conocer a la mujer que llevaba ya seis meses de romance con Harry, en aquel entonces su cuñado muy cercano, con quien tenía un vínculo de amistad recíproca y ya había opinado sobre otras novias que le había presentado.
Harry eligió comienzos de enero de 2017 para concretar el encuentro. Los actuales duques de Sussex habían estado pasando unos días de vacaciones en Noruega y estando de regreso al Reino Unido, no había motivos para posponer la presentación.
Kate Middleton por fin conoció a Meghan
Cuando la espera culminó y ambas futuras cuñadas pudieron verse a los ojos, las versiones oficiales fueron que el encuentro había sido muy agradable, y que efectivamente para Harry que Kate hubiese tenido una buena impresión de Meghan era algo valioso.
Pero con el tiempo, aquella primera reunión no fue algo que Meghan considerara cómoda. De hecho, Harry parece que no guardó la suficiente formalidad al comunicarle a su novia de la cita, por lo que la duquesa de Sussex se encontró con Kate sin un atuendo apropiado.
Según narró para el documental de Netflix Harry & Meghan, la duquesa se encontró con que Kate se apareció cuando ella estaba descalza y con una jeans con orificios, y si bien no profundizó mayormente en qué se dijeron por primera vez, sí dejó en claro que por lo menos para ella la situación había sido muy incómoda.