Hace seis años, la mansión que Gerard Piqué y Shakira construyeron en la región de Cerdanya era el refugio perfecto para escapar del ruido de Barcelona y, muchas veces, de la insistencia de los medios por conocer de sus vidas.
Hoy, esa misma mansión ya no es visitada por Shakira, sino que por su sucesora: Clara Chía Martí. La joven nueva pareja del ex futbolista fue la invitada de honor a pasar las fiestas de fin de año al refugio instalado en plenos Pirineos, junto con los padres del jugador, su hermano y los abuelos maternos.
La casa está construida de piedra y concreto, en un sector llamado Bolvir. Mientras Piqué y Shakira estuvieron juntos, la ocuparon en numerosas ocasiones, debido a la cercanía con Barcelona y a lo aislada que queda la mansión, a la que se llega por una carretera privada.
La cercanía de Clara Chía con la madre de Piqué se ha ido acentuando con el pasar de las semanas, y el fin de semana en los Pirineos se pudo ver con claridad. No es la primera vez que el jugador invita a su enamorada a compartir con sus padres. De hecho, ya es una asidua a los eventos sociales y familiares que tiene Piqué con mucha frecuencia.
Han sido estos encuentros los que generaron la complicidad entre Claria Chía y la madre de Piqué, Monserrat Bernabeu, como pudo comprobarse este pasado fin de semana, donde ambas sostienen una muy festiva conversación, mientras el padre del jugador, Joan Piqué, camina al lado de su hijo.
"Clara Chía fue una más de las celebraciones", comentó una fuente cercana. Entre los padres de su novio, a quienes los seguidores de Shakira les han dado el mote de de "traidores" por haber acogido a la amante, y Marc, el hermano del jugador que trabaja con él en su empresa, las fiestas en las montañas en la frontera con Francia, han sido otro avance de la joven para instalarse en el corazón de la familia.
