Celebridades

Las extrañas conductas que protagonizó Harry cuando Meghan dio a luz a Archie

Como cualquier padre primerizo, el duque de Sussex estaba muy nervioso por el nacimiento de su primogénito

Las costumbres extrañas que hicieron Meghan Markle y el príncipe Harry cuando nació Archie - Créditos: Instagram

El príncipe Harry, en su libro autobiográfico Spare, expuso las raras conductas que llegó a tener durante el nacimiento de su primer hijo Archie y las cuales ahora recuerda con mucha pena. 

Harry relata que mientras Meghan Markle y él se encontraban en el Hospital Portland de Londres, en mayo de 2019, Meghan "rebotaba en una pelota púrpura gigante cuando se puso en labor de parto y luego se metió en un baño y enumeró himnos conmovedores”, mientras que el duque de Sussex intentaba crear un ambiente pacífico para su esposa iluminando la habitación con velas eléctricas y colocando una fotografía de la princesa Diana, su madre, en la mesa de parto para sentir que los acompañaba en ese importante momento. 

Eran tantos los nervios de convertirse en padre primerizo que Harry sólo encontró dos formas de tranquilizarse para la tan esperada ocasión: comiendo un pollo asado o consumir gas hilarante. "Vi dos formas de aumentar mi calma. Uno: el pollo de Nando's (traído por nuestros guardaespaldas). Dos: un bote de gas hilarante al lado de la cama de Meg. Recibí varios golpes lentos y penetrantes", cuenta en su libro.

Esta divertida situación parece haberle funcionado, pues Harry logró calmarse. Sin embargo, para distraer a Meghan del dolor, tuvo que transmitirle la paz que el óxido nitroso le había dado. De acuerdo con su narración, cuando una enfermera intentó darle gas hilarante a ella, al parecer Harry ya se lo había terminado. "Meg estaba tan tranquila. Yo también estaba tranquilo. Pude ver el pensamiento llegar lentamente. Qué gracioso, el marido se lo acabó todo y luego lo mejor: Lo siento, dije mansamente”, escribió en Spare.

A pesar de los nervios de los padres y de que existió una complicación, pues hubo la posibilidad de que su hijo estuviera enredado con el cordón umbilical, Archie nació sano y salvo. Aquella experiencia sirivió para que la llegada de Lilibet, dos años después, fuera absolutamente distinta y no tuvieran que comer pollo ni consumir gas hilarante.

Tags

Lo Último

Más Noticias