Antes de que Meghan Markle (41) se casara con el príncipe Harry (38), la duquesa de Sussex era una reconocida actriz de televisión en Estados Unidos, por lo que renunció a su carrera para dedicarse a las tareas de la monarquía. La reina Isabel II entendía que esa transición es compleja, así que le hizo una recomendación.
Su majestad le aconsejó a Meghan que recibiera una mentoría de Sophie Wessex (58), la esposa del príncipe Eduardo, quien goza de mucho prestigio dentro de la realeza por su trabajo. Pero su buena reputación no es el único motivo por el que la reina quería que su nuera asesorara a la esposa de Harry.
Sophie Wessex también pasó de tener una carrera exitosa a ser miembro de la realeza. Proviene de una familia de clase media y ganó mucho prestigio tras formar una empresa de relaciones públicas, pero abandonó su carrera tras casarse con el hijo menor de la reina Isabel. El autor y amigo de la realeza Gyles Brandreth narra en su libro “Elizabeth: An Intimate Portrait”, como Meghan rechazó el ofrecimiento de la reina.
“La reina (quien, por supuesto, lo había visto todo antes) entendió que la chica de Harry podría encontrar que adaptarse a la vida real es un desafío. Es muy alegre, pero uno pronto se acostumbra- Para ayudar a Meghan, la Reina sugirió que su nuera, Sophie Wessex, sería una mentora ideal. 'Sophie puede ayudar a mostrarte las cuerdas'”, escribe el autor en su libro.
Sin embargo, la duquesa de Sussex prefirió ser asesorada por el príncipe Harry, quien siempre ha sido miembro de la realeza. “Meghan dejó en claro que no sentía que necesitara la ayuda de Sophie. Tenía a Harry”, agregó el escritor.
Si bien Meghan y Sophie pudieron compartir en algunos eventos oficiales, la esposa de Harry no escuchó la sabiduría que podía ofrecer la condesa de Wessex.