Celebridades

Fallece Gina Lollobrigida, superestrella del cine europeo, a los 95 años

La italiana se consagró como uno de los rostros más bellos y talentosos de Italia en una carrera que comenzó tras la Segunda Guerra Mundial.

- Créditos: Twitter

Durante esta mañana se confirmó el fallecimiento Gina Lollobrigida a los 95 años. La musa de cine italiano, y uno de los rostros más importantes de Europa, logró saltar a la fama a corta edad gracias a su despampanante personalidad y figura que cautivó a los directores más importantes de la época. La famosa actriz llevaba tiempo internada debido a la complicación de una fractura de fémur.

La noticia se dio a conocer al comienzo de esta jornada con un breve mensaje: “La Bersagliera nos ha dejado. Con profundo dolor dan el triste anuncio su hijo, Milko, y su nieto Dimitri. La familia pide en este momento de gran dolor, por parte de los medios, el máximo respeto”.

Sin lugar a dudas hoy el invierno ha sido más frío para los italianos, quienes crecieron con la imagen y talento de Lollobrigida, posicionándolos durante décadas en lo más alto de la industria cinematográfica. La actriz, que dejó este mundo a los 95 años, llevó una vida de lujos a punta de su méritos y determinación, que se traducen en importantes premios y más de 60 películas en su historial. 

La musa italiana 

Poco se conoce de las raíces de Gina, aunque se sabe que provenía de una familia arruinada tras los estragos de la segunda guerra mundial. Lo cierto es que su vida pública comenzó a los 20 años, cuando su pasión por el arte la impulsaron a emprender un camino incierto en el teatro bajo el contexto histórico que comprometía a una Europa fuertemente golpeada y débil.

Tras la cruda situación que atravesaba la familia Lollobrigida, Gina solo tenía una oportunidad de estudiar y esta sería obteniendo una beca. Mientras que, para subsistir, la economía de la joven actriz se sustentaba gracias a caricaturas de carbón de elaboración propia que comercializaba en su entorno. 

El talento de Gina no tardó en llamar la atención, una vez llegada a la capital bastaron tres años para que su nombre pisara fuerte en la industria. Su paso por los certámenes de belleza, coronándose como "Miss Roma" fue el aventón que permitió a la actriz poder expandir sus contactos y ganar experiencia en pequeños papeles, cautivando a más de un director de cine con su atractiva belleza y personalidad. 

Su éxito se cimentó gracias al productor Howard Hughes, quien llevó a la joven Gina bajo los reflectores de Hollywood para ganar más fama, en donde no logró encontrar el mismo el encanto que le ofrecía Europa.

Tras dos cortos meses intentando encajar en la cultura norteamericana, decidió retornar a su país para debutar en reconocidas obras como “Pane, amore e fantasia” (1953) que le entregó su primer premio y luego le siguieron películas de renombre como “La donna più bella del mondo” (1956), obras que años más tarde le significaron un Globo de Oro y una estrella en el Paseo de la Fama. 

En cosa de años, tras innumerables películas, Gina comenzó a significar un ejemplo de la belleza italiana los cuales se mimetizaban a la perfección con su personalidad temperamental y determinada. Tiempo más tarde, decidió alejarse de las cámaras para reencontrarse con su vocación con el arte, instancia en la que pudo explotar su talento en las artes plásticas y en la fotografía, ocupando grandes puestos en los museos europeos. 

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