Kate y William llegaron como una enamorada pareja de celebridades al nuevo Hospital Real de la Universidad de Liverpool y fueron recibidos con vítores, aplausos y manifestaciones de ferviente solidaridad y cariño, en lo que representa una reaparición exitosa y con una sólida respuesta de apoyo incondicional de la gente.
Nadie que conociera la historia de estos últimos días podría sospechar que los príncipes de Gales han recibido una andanada de comentarios y críticas arteras por parte de otra pareja cercana y tan famosa como ellos, los duques de Sussex. Y ha sido Kate la que ha debido enfrentar estos cuestionamientos en una fecha muy especial para ella, puesto que este lunes 9 cumplió 41 años.
Pero la princesa de Gales ha cambiado su semblante y revertido todo comentario negativo que levantó cuando apareció por primera vez después de cumplir 41 años, muy seria y con cara de pocos amigos. Sin embargo, este jueves, desde que abandonó Windsor junto a William, se le vio con una disposición positiva y mucho entusiasmo.
Su paso por el hospital fue particular emocionante. En el hall de ingreso, las autoridades médicas, un grupo de enfermeras y funcionarios administrativos aplaudieron la llegada y lanzaron frases de apoyo y animándoles a seguir con sus tareas benéficas. Luego, la pareja de Gales recorrieron las dependencias, departieron con parte del personal y regalaron sonrisas, como hacía tiempo no se veía en ambos.
Su look tampoco fue casual. Con un atuendo claramente otoñal, acorde a la baja de temperatura que se está comenzando a registrar en el Reino Unido, la princesa vistió un abrigo Holland Cooper muy simple, pero elegante. Bajo esa gruesa capa de lana azul, ocupó el vestido 'Eva' de Cefinn muy ceñido a la cintura, tensionado por un cinturón de cuero. De complemento llevó una cartera Amberley.
Kate empieza así a dejar las declaraciones de su cuñado Harry su concuñada Meghan, dirigiendo sus esfuerzo en un crudo invierno que azota la región donde ella debe desplegar ahora todas sus energías. Porque como le dijeron en el Hospital Real de Liverpool, "los necesitamos presentes y prestando ayuda". Esa es la mejor forma de no distraer la atención con variables, como la de Harry y Meghan, que no pueden controlar.