La tailandesa Anna Sueangam-iam (24) capturó la atención mundial con su historia de superación personal, que se hizo conocida masivamente cuando concursó en el certamen de Miss Universo 2022. Nacida en Bangkok en diciembre de 1998, Anna creció en un basural junto a sus padres, quienes trabajaban recogiendo desperdicios, a convertirse en una reina de belleza.
El moderno cuento de hadas que protagonizó Anna reveló por un lado el historial de privaciones de su infancia. La modelo, graduada con honores en Administración y Turismo en su país, confesó que el paisaje común durante su niñez fue un vertedero, una realidad que contrasta con la vida de la mayoría de los niños de su edad. El relato que compartió la reina de belleza le valieron, además, comentarios despectivos y apodos ofensivos, como “Miss Basura”.
Los padres de la Miss Universo Tailandia aún trabajan como recolectores de basura para la Administración Metropolitana de Bangkok, y Anna recuerda que jugaba, comía y dormía con las montañas de basura como horizonte. La difícil situación económica de su familia los obligaba a recoger juguetes entre los desperdicios para que ella y sus hermanos pudieran divertirse.
El legado de Anna Sueangam-iam en Miss Universo
A pesar del desafío permanente por salir de su hábitat, Anna Sueangam-iam no sucumbió. Participó en el concurso nacional de belleza, salió victoriosa y fue parte del certamen de Miss Universo 2022, que finalmente ganó la candidata estadounidense R’Bonney Nola.
El vestuario de Anna también fue objeto de atención. Su vestido, confeccionado con anillas de latas engarzadas con cristales de Swarovski, simboliza su infancia rodeada de desechos. Este diseño único, fabricado con materiales reciclados, transmitió el mensaje de que lo que muchos consideran sin valor posee su propio valor y belleza. Su atuendo fue reconocido con el premio ImpactWayv que se entregó durante el certamen, que destacó su impacto social.
Anna Sueangam-iam ahora se luce con joyas
Luego de la realización del concurso Miss Universo, en el que Anna no logró clasificar entre las 16 finalistas, Miss Tailandia regresó a su país para concluir su reinado, pero con nuevo estatus y reconocida orgullosamente por sus compatriotas.
Pero poco a poco se registró una impensada evolución. Durante el período de su corona, la niña que creció rodeada de basura se convirtió en una codiciada celebridad que frecuenta exhibiciones de diseños de primera línea y que modela joyas finas que cuestan decenas de miles de dólares.
Es así que Anna Sueangman-iam se convirtió en una de las modelos referentes de Fred Mouawad (54), un reconocido empresario y joyero del Líbano, quien ha tenido una relación cercana con el concurso Miss Universo a través de la empresa que lleva su nombre. Durante muchos años, el libanés ha sido el diseñador y proveedor oficial de las coronas utilizadas por las ganadoras del certamen de belleza Miss Universo.
La colaboración entre Mouawad y Miss Universo se remonta a 2002, cuando la compañía fue seleccionada para crear la primera corona “Mouawad Miss Universe Crown”. Desde entonces, el empresario-joyero ha continuado diseñando y produciendo las exquisitas coronas que son símbolo de la belleza y el éxito de las reinas de Miss Universo.
La excelencia en el diseño de joyas y su capacidad para asociarse con figuras de renombre en cada país, llevó al empresario y a Anna ha participar de una alianza en que la Miss Universo Tailandia 2022 ha brillado con un juego de collares, gargantillas, aros y pulseras que nadie podría haber imaginado que una niña que creció rodeada de un basural, algún día sería la modelo que luciría las millonarias joyas.