La reina Isabel II falleció este jueves en Balmoral, la residencia privada escocesa por la que la monarca sentía un especial afecto. La casa de veraneo de la reina se convirtió en el lugar donde se pudo sentir como una persona corriente y donde se refugió en momentos difíciles de su vida.
El castillo ubicado en Aberdeenshire, Escocia, fue el lugar escogido por la reina Isabel II para pasar los últimos días de su vida. En julio de este año, la soberana volvió a su habitual refugio de vacaciones y no se fue más. Desde su niñez, el lugar se transformó en un preciado territorio para Isabel.
En Balmoral Isabel pudo evadir por algunos días su labor como reina e incluso sirvió como refugio en momentos históricos. La familia real se mantuvo a salvo en ese lugar durante la II Guerra Mundial, cuando el ejército alemán bombardeó Londres. También se mantuvo unida junto a sus nietos tras la muerte de Diana de Gales en 1997.
El lugar donde la reina podía sentirse como alguien corriente, fue testigo de comportamientos íntimos de la realeza. En familia solían realizar excursiones, cazar y divertirse con algunos juegos de mesa. Incluso, era posible ver al príncipe Felipe reinando en la parrilla y a Isabel II fregando los platos después de la cena.
Tony Blair, ex primer ministro británico, contó que fue testigo de una escena en la la monarca se comportaba como una dueña de casa tradicional. "La reina te pregunta si has terminado, amontona los platos y se va derecha al fregadero", dijo en sus memorias.
Eugenia de York, nieta de Isabel, también abordó el significado de la residencia para la madre del príncipe Andrés. "Es un sitio encantador para la abuela y el abuelo, y para que nosotros vayamos a verlos allí, donde tienes espacio para respirar y correr". Eugenia también definió el lugar como el más bonito del mundo.
La propiedad está vinculada a la familia real desde 1848, cuando la reina Victoria, tatarabuela de Isabel, y el príncipe Alberto alquilaron la propiedad. La entonces reina se enamoró del lugar y decidió comprarlo. El inmenso castillo, que está dentro de una finca de 20 mil hectáreas, fue ampliado y luce con su configuración actual desde 1855.
Tal como el palacio de Buckingham fue el lugar de trabajo de la reina y el castillo de Windsor el lugar para descansar los fines de semana. Balmoral fue la casa de veraneo de la familia real, el lugar donde la reina hizo su última aparición pública y hoy se convirtió en el lugar en que la Isabel II falleció a los 96 años.