Una de las grandes incógnitas que se abre luego del fallecimiento de la Reina Isabel II, ocurrido este jueves en Escocia, es qué sucederá con el patrimonio personal que la monarca había acumulado durante sus 96 años de vida. Según el Sunday Times, la fortuna de la reina se acerca a los 500 millones de dólares.
La Reina Isabel era la cuarta mandataria más rica de las familias reales de Europa y entre sus propiedades personales se encontraban el Castillo de Balmoral, donde falleció, una casa de campo en Sandringham, y los castillos de Lancaster, Pontefract y Turbury.
Según Business Insider, otros de los activos personales que poseía la reina eran carteras de inversiones, colecciones de arte, joyas y propiedades inmobiliarias. Además, cuando la Reina Madre falleció en 2002, la Reina Isabel II heredó casi 70 millones de dólares.
Entre los bienes heredados de su madre se encuentran pinturas, una colección de sellos, joyas, porcelana fina y caballos. Entre la colección de pinturas figuran obras de Monet, Nash y Carl Fabergé.
La reina también deja una enorme colección de joyas avaluada en 110 millones de dólares y la herencia que obtuvo tras la muerte de su esposo Phillip. Se estima que la monarca sumó 12 millones de dólares a sus arcas en aquella oportunidad.
Aunque no se sabe con certeza qué sucederá con la gran acumulación de bienes de la reina, a finales de agosto se hizo público que Isabel realizó cambios de última hora a su testamento. Según la revista Star, Kate Middleton y la princesa Charlotte adquirirían gran parte de la colección de joyas de la reina. En desmedro de Meghan Markle y su hija Lilibet Diana, quienes fueron apartadas de los beneficios.
Al asumir como rey, el príncipe Carlos accederá a gran parte de la fortuna de Isabel. Sin embargo, sus hijos Ana, Andrés y Eduardo, también estarían incluidos en la repartición de la riqueza.
Los príncipes William y Harry recibirían otra gran parte del porcentaje, tras convertirse en los hijos del nuevo monarca. Un porcentaje de la fortuna también iría en beneficio del pueblo inglés a través de una modalidad aún desconocida. El testamento de la reina es secreto y recién se podrá abrir ahora, tras su fallecimiento.
La Casa de Windsor, donde la reina ejerció su jefatura hasta este 8 de septiembre, tiene un valor estimado de 28 mil dólares. Administrados por la firma Monarchy PLC, el imperio incluye el estado de Escocia, el Estado de la Corona, el Ducado de Lancaster, el Ducado de Cornualles y los Palacios de Buckingham y Kensington. Sin embargo, la mayoría de los bienes seguirán en nombre de la corona y solo serán repartidos los bienes que Isabel haya repartido específicamente en su testamento