A pesar de que han pasado más de 60 años de la terrible muerte de la actriz Marilyn Monroe, su figura se ha convertido en todo un icono de la cultura popular en todo el mundo. Durante mucho tiempo, su nombre se ha asociado a películas, romances, vestidos y polémicas, pero una de las aristas más desconocidas de ella es el profundo vínculo que tenía con México.
La madre de Marilyn, Gladys Pearl Baker nació el 27 de mayo de 1902 en Piedras Negras, Coahuila. Si bien, la recordada actriz no tuvo una buena relación con su madre, sus raíces mexicanas la motivaron a conocer más sobre el país, por lo que acostumbraba a viajar.
Con el tiempo fue adentrándose en la cultura, sintiéndose atraída por los lugares y la gente de Chihuahua. Debido a que Marilyn Monroe vivió durante la época dorada de Hollywood, se enfrentó a la Ley Seca que regía en Estados Unidos y que prohibía la venta de bebidas alcohólicas y la apertura de lugares recreativos.
Marilyn Monroe sentía un gran cariño por México
Si bien, sus cercanos aseguran que la actriz no hablaba muy bien el español, sí era capaz de entenderlo. En más de una oportunidad coincidió con el músico Frank Sinatra, quien también solía visitar Ciudad Juárez para disfrutar de sus atracciones.
Una de las cosas que más caracterizaba a Marilyn Monroe era su gusto por la moda y las sesiones fotográficas. En una oportunidad la artista asistió a una sesión de fotos con George Barris, quien le solicitó que usara un suéter con botonaduras al frente, de Chiconcuac, el que fue elaborado en Santiago Tianguistengo.
Monroe además se codeó con algunas celebridades mexicanas de la época, ya que cuando estuvo en Ciudad de México visitó la casa de ‘El indio’ Fernández, con quien bebió tequila. En aquel viaje también se reunió con Luis Buñuel mientras rodaba la película El ángel exterminador (1962) y conoció a Silvia Pinal y charló con el fotógrafo Gabriel Figueroa.