Ana de Armas (34) aceptó el difícil desafío de convertirse en la recordada Marilyn Monroe en la nueva biopic de la fallecida estrella de Hollywood. Para lograrlo, ella y el equipo de producción debieron investigar cada detalle, pasar tres horas diarias ajustando la peluca y someterse a un arduo entrenamiento vocal.
Antes del estreno de la película en el Teatro Chino TCL realizado hace dos semanas, varios integrantes del equipo encargado de convertir a Ana de Armas en Marilyn Monroe revelaron sus secretos para concretar la misión. La actriz española pasó tres horas cada mañana, durante nueve semanas, poniendo prótesis bajo la peluca para cubrir las raíces de su cabello natural.
Además, debió depilar y decolorar sus cejas, utilizar lentes de contacto azules para no mostrar sus ojos color avellana y colocar pestañas postizas para dar con la forma de los ojos de la intérprete de Los caballeros las prefieren rubias (1953). El lunar, un icono de la también cantante, era puesto todas las mañanas en la mejilla izquierda con las indicaciones de Ana de Armas.
Durante la investigación para la caracterización, se dieron cuenta que el brillo de Monroe en las fotografías no era una cuestión natural. “Su secreto era que usaba vaselina, porque era reflejante y devolvía una gran cantidad de luz aportándole mucho brillo”, contó en el estreno Tina Roesler Kerwin, jefa del departamento de maquillaje y agregó que con Ana de Armas decidieron utilizar técnicas más modernas.
Para la película, que se estrenó este viernes en Netflix, el equipo de vestuario creó réplicas de los vestidos más icónicos de Monroe. El más difícil de recrear fue el utilizado en la famosa escena de la rejilla del metro de Nueva York: “Utilizamos casi 50 metros de tejido para hacer la falda, rehacerla, hacer los plisados… y hasta el último minuto no conseguimos el vestido perfecto”, apuntó Jennifer Johnson, diseñadora de vestuario.
Ama de Armas pasó casi un año tratando de recrear la característica voz de la estrella de cine, para eso trabajó con un coach vocal y realizó una meticulosa investigación para encontrar el tono exacto. “No hacía más que pensar en ella todo el día, desde que llegaba al plató hasta que me iba a casa. Soñé con ella varias veces”, contó la española.
Tanto se involucró en el personaje Ana de Armas, que incluso llego a sentir la presencia de Monroe en el set. “Realmente creo que ella estaba muy cerca de nosotros. Estaba con nosotros. Creo que estaba feliz. A veces también tiraba cosas de la pared y se enojaba si algo no le gustaba”, sentenció la interprete en el estreno de la película dirigida por Andrew Dominik en el festival de Venecia.