Se sabe que desde que decidieron renunciar a sus deberes reales y luego de la explosiva entrevista con Oprah Winfrey, la popularidad en Inglaterra del príncipe Harry ( 38) y su esposa Meghan Markle (41) se vino abajo. Tras la muerte y sepelio de la reina Isabel II, que falleció a los 96 años el pasado 8 de septiembre en su Castillo de Balmoral en Escocia, los duques de Sussex siguen perdiendo el cariño de los ingleses, según reveló una encuesta realizada por el periódico The Sun.
De acuerdo con la encuesta, Meghan tiene el 9% de la aceptación de los británicos; sin embargo, todavía es más querida que el príncipe George (9), con el 7%, uno de los integrantes consentidos de la familia real que cada día ha cobrado más relevancia gracias a que es el segundo en la línea de sucesión al trono. Los príncipes de Gales encabezan la lista de los más admirados; William (40) con el 23% y Kate Middleton (40) con 20%, seguidos del rey Carlos III (73) con 19%.
Además, el 40% de los encuestados indicó que los duques de Sussex no deberían regresar a sus labores reales. Harry y Meghan han sido muy criticados no solo por expertos en temas de la realeza, también por la población debido a las declaraciones que han realizado, incluidas las acusaciones de racismo que hizo la ex estrella de Suits a un integrante de la familia real, así como el señalamiento directo a la princesa de Gales de haberla hecho llorar en su boda.
Mientras que el 19% de las personas apuntaron a que la opinión sobre el hijo menor del rey Carlos III (73) y Meghan empeoraron tras el funeral de la monarca. Mientras que el 30% dijeron que Archie (3) y Lilibet (1), los hijos de los Sussex, no deberían ser nombrados príncipes, contra un 40% que apoya a los pequeños.
La mala imagen de la pareja también se ha debido a los proyectos en los que están involucrados, como las memorias de Harry que prometen poner de cabeza a la monarquía; así como un documental sobre el matrimonio y el podcast de la ex actriz, quien ha sido la más afectada pues incluso la renuncia como integrantes de la familia real fue llamada Megxit, un término que Harry calificó que misógino.