Los voluntarios y personal de Royal Parks se consuelan diciendo que seguramente la reina Isabel II los está viendo trabajar en la limpieza de los jardines y prados donde la gente se acercó a darle el último adiós.
Pero los cientos de peluches del oso Paddington y las toneladas de ramos de flores que le ofrendaron tendrán por fin su destino. En varios carros tirados por dos caballos, los tributos partirán a distintas partes. Desde ya, las flores han comenzado a ser depositadas al Leaf Pan en los Jardines de Kensington. Allí se mezclarán con la tierra de hoja y otros desechos naturales, para que se conviertan en abono.
Al conocerse que las flores serían recogidas y reutilizadas para hacer compostaje, la reacción fue entusiasta. Muchos de quienes compraron ramos de flores para depositarlas cerca de la residencia de la reina Isabel II, se manifestaron muy felices que sus ofrendas permanezcan para alimentar a las plantas y los árboles del lugar.
En tanto, los centenares de peluches del oso Paddington, una caricatura recreada de un famoso libro, que se hizo masivamente conocido para el Jubileo de Platino de la reina, al protagonizar un cortometraje tomando té con ella, serán almacenados en una bodega que también se ubica en los parques reales.
Lo que en algún momento durante los días del funeral fue visto como un gesto muy dulce, como fue la entrega de peluches de oso Paddington, luego se transformó en un gran problema. La gran cantidad de tamaños de peluches que la gente llevó, obligó a los organizadores a prohibir que fueran dejados como tributos. No obstante, el llamado no fue obedecido y la autoridad debió resignarse a permitir que fueran depositados junto a las flores.
Sin embargo, ahora se analiza qué hacer con ellos, puesto que un buen porcentaje de ellos ya no está en condiciones de ser obsequiados, ya que no pocos tenían bastante tiempo de uso y los nuevos han debido soportar varios días de humedad.
El destino de los mensajes y dibujos a la reina Isabel II
Pero aunque los osos Paddington y las toneladas de flores tuvieron un lugar determinado para su reubicación, aún no se sabe qué hacer con los miles de mensajes y dibujos hechos en homenaje a la fallecida monarca.
Ante la imposibilidad de responderlos, ya que una alta cantidad ni siquiera tiene remitente, se evalúa digitalizarlos y publicar un libro de condolencias que puede seguir siendo llenado en la tumba de la soberana.
Otro han dicho que dada la majestuosidad de los días de funeral, era menester construir un museo y darles el espacio que se merecen a los mensajes y los dibujos, algunos de los cuales podrían ser objeto de una exhibición itinerante por el Reino Unido
La secretaría de la realeza británica aún no ha determinado qué hacer con estos objetos, mientras tanto, al igual que los osos Paddington, están siendo guardados en una habitación, a la espera de una decisión oficial.
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