A unas semanas de la muerte de la reina Isabel II, el legado de la monarca sigue dando que hablar y se apodera de los titulares alrededor del mundo. La ocasión ha reabierto la historia de un rumor que circunda la corona británica y que involucra al rey Carlos III (73) y la reina consorte Camila (75).
Un hombre australiano, llamado Simon Dorante-Day, asegura ser el hijo no reconocido de los nuevos reyes de Inglaterra. Aunque la noticia salió a relucir algunos años atrás, el supuesto primogénito de Carlos III pide que se reconozca su “derecho a la línea de sucesión al trono británico”. De hecho, en una entrevista, el autoproclamado “príncipe Simon” dice tener pruebas de ser descendiente de Carlos y Camila.
Según su relato, fue concebido en 1965, cuando el entonces príncipe de Gales tenía solo 17 años y la Duquesa de Cornualles, 19. La pareja se casó hace 17 años, luego de vivir un romance clandestino mientras Carlos estaba casado con la princesa Diana y Camila con Andrew Parker-Bowles. Si bien no hicieron familia juntos, este ingeniero de 56 años asegura ser el hijo secreto del matrimonio.
Se conoce que Dorante Day se crió con su abuela materna, tras ser adoptado por Karen y David Day cuando tenía 18 meses, y de acuerdo con lo que relata él mismo, nació en abril de 1966 en Gosport, Hampshire. Curiosamente, su partida de nacimiento indica que nació en un hospital que para ese entonces no asistía partos de mujeres.
Su ansiedad por investigar sus orígenes lo ha llevado a determinar que es hijo de los nuevos monarcas, eso con ayuda de historiadores y amigos de la familia, pues sus abuelos habrían trabajado para la reina Isabel II y el príncipe Felipe.
Simon ha manifestado que Carlos y Camilla se conocieron antes de lo que señala la historia oficial; supuestamente, mientras ella estuvo embarazada desapareció de la escena pública y el flamante rey fue enviado a Australia. Su lucha para ser reconocido como parte de la familia real la inició hace tres décadas, además, Dorante Day asegura que Lady Di sabía de su existencia poco antes de morir.
Si bien el australiano ha solicitado en varias ocasiones la prueba de ADN con Carlos, no ha tenido respuestas de la Casa Real. Tampoco de la carta privada que dice haberle enviado a la reina Isabel II antes de su muerte, para que interviniera en su causa.
Dispuesto a llegar al Tribunal Superior del país para obligar a "sus padres" a hacerse una prueba de ADN, Dorante Day admitió que los secretarios de la corte se rieron en su cara cuando presentó sus documentos por primera vez, un reclamo legal que hasta el momento ha sido rechazado tres veces.