Que el rey Carlos III (73) haya dejado al príncipe Andrés (62) utilizar el uniforme militar durante la última vigilia que le realizaron a la reina Isabel II, no significa nada más allá de un acto de consideración.
El monarca ya decidió que su hermano no volverá a ser un integrante de la realeza.
El bondadoso gesto que tuvo Carlos con uno de sus hermanos menores en la vigilia del viernes, que algunos creen que lo hizo en honor a su madre, fue el único que cabe esperarse por estos días.
El duque de York debió vestir de civil el día del funeral real, y seguirá relegado a la ignominia tras verse vinculado a Jeffrey Epstein, el suicidado empresario que fue encarcelado por trata de mujeres y casos de pedofilia.
El príncipe Andrés, luego de reconocer su amistad con Epstein y que también había participado en más de una fiesta que organizó el empresario, debió renunciar este año a su categoría de Alteza Real y a sus títulos militares honorarios.
Aunque más de una vez conversó después del Jubileo de Platino con su madre, la reina Isabel II, para que ella le levantara el castigo, tanto Carlos como el príncipe William se mostraron reticentes al deseo de Andrés. Consideraron poco serio que se le perdonara luego de el inmenso daño a la imagen de la realeza que le hizo su relación con Epstein.
No sólo eso, la realeza británica debió desembolsar cerca de cinco millones de dólares para que Virginia Giuffre no insistiera con la demanda que interpuso en el tribunal federal de Manhattan, Nueva York, en el que acusaba a Andrés de haber mantenido relaciones sexuales cuando ella aún era menor de edad, luego de que los presentara Jeffrey Epstein.