Tras su ruptura con Pete Davidson (28), Kim Kardashian (41) quiere abrir un nuevo ciclo y para ello compró una residencia en Malibú, alejada además de su ex esposo, Kanye West y que tuvo un costó de más de 72 millones de dólares.
De acuerdo con el periódico The Sun, la propiedad tiene 687 metros cuadrados, una impresionante vista al mar y le pertenecía a Cindy Crawford (56). La recomendación de adquirirla fue de su hermana Kendall Jenner (26), quien es muy amiga de Kaia Gerber, hija de la supermodelo.
“Kaia Gerber, la hija de Cindy, es buena amiga de Kendall Jenner y le avisó de la venta: Kendall sabía que Kim estaba buscando comprar un lugar para comenzar de nuevo lejos de Kanye”, indicó una fuente al rotativo británico sobre la compra.
Las fotografías de la mansión, obtenidas del portal TopTenRealEstateDeals.com, muestran que la residencia cuenta con cuatro dormitorios, y cinco baños y medio, además de una vista impresionante a las montañas y la playa.
“Este es el primer lugar que compra sin la participación de Kanye y, aunque no vivirá allí a tiempo completo, quiere un lugar donde pueda vacacionar con los niños”, refirió la fuente. La empresaria solicitó el divorcio del rapero en febrero de 2021 y se oficializó un año después.
La casa tiene ventanales que van desde la pared al piso a fin de que se pueda aprovechar al máximo la luz natural, además de que hay un enorme comedor de madera y una amplia sala para poder descansar.
La cocina cuenta con una gran isla completa con su propia vitrocerámica, lo que la convierte en el centro de todas las miradas. Hay muchos armarios de madera para guardar bocadillos, mientras que los electrodomésticos de acero brillante y la campana del horno le dan un toque moderno.
En meses pasados, la empresaria había mostrado su casa para una revista internacional y sorprendió a todos por el color utilizado, completamente blanco para todos los muebles y decorado de la casa, incluso las paredes eran de este tono.