El ataúd de roble revestido de plomo fue diseñado específicamente para la ocasión. Su peso, de aproximadamente 300 kilos, debía ser resistido sin ningún tipo de tropiezo, menos aún en los peldaños de piedra lisa que estaban al ingreso de la escalera de la capilla, donde el cuerpo de la reina Isabel II recibiría el adiós masivo.
Cuando hubo que entregarle la misión de acarrear sobre sus hombros el féretro a quienes estuvieran capacitados para hacerlo, con la garantía que no podían desfallecer en la tarea, hubo total certeza: tendrían que hacerlo los miembros de la Guardia de Granaderos del primer Batallón de la Compañía de la Reina.
La razón tuvo un fondo simbólico y también institucional: la Guardia de Granaderos es el regimiento del ejército regular más antiguo y se remonta a 1656. Es el batallón en el que la reina ostentaba el cargo de comandante de la compañía y en el que como monarca en servicio debía efectuar una revisión personal cada diez años.
Ocho de sus mejores soldados fueron llamados a la misión. Y el resultado ha tenido un reconocimiento mundial para los responsables de trasladar los restos de la monarca. De los ocho, se ha señalado que cinco de ellos regresaron de una misión estratégica en Irak hacía unas pocas horas.
Los soldados recibieron unos zapatos especiales con suela de goma para que no resbalaran al subir la escalinata de piedra lisa de la capilla. Aunque siempre se les vio tan seguros y concentrados en el objetivo de su misión, la que se calcula fue vista por más de 4 mil millones de personas, que la acción salió a la perfección, tanto en ritmo como majestuosidad.
El equipo de ocho elegidos, antes de caminar lentamente por la abadía de Westminster, seguidos por los reyes Carlos III y Camila, habían levantado el ataúd del carro de armas con una precisión envidiable, y caminado con el féretro sobre sus hombros desde Westminster Hall hasta la abadía del mismo nombre, donde se efectuó el funeral.
El destino de los 8 elegidos para portar el féretro
Uno de los miembros del equipo de la guardia fue Fletcher Cox, un joven de 18 años, con dos años de entrenamiento en el Ejército. Su instructora de cadetes, Laura Therin, dijo a la cadena ITV, que estaba "asombrada de verlo, nadie se lo esperaba, pero estamos increíblemente orgullosos".
"El peso del mundo sobre sus hombros, el resplandor del mundo sobre ellos, pero fueron impecables. Se enorgullecieron de sí mismos, de sus familias y de nuestro país. Gracias", fue el mensaje que les dejó la parlamentaria Carla Lockhart.
Luego del funeral, el equipo volvió a llevar el ataúd de la monarca al carro de armas, que fue trasladado al palacio de Buckingham, ante la presencia estimada en un millón de personas que llenaron las avenidas por donde pasó el cortejo.
La de este lunes puede ser que sea la última gran misión que hayan cumplido como Compañía de la Reina. A partir de unas semanas, cambiará su nombre por Compañía del Rey.
Así trabajó el equipo de soldados portando el féretro...